El presidente Luis Abinader acaba de cumplir dos años de gestión gubernamental, desde que asumió la Presidencia de la República el 16 de agosto del año 2020.
Es mucho lo que ha podido manifestar el mandatario sobre estos dos años, lo cual aprovechó durante un discurso en la Plaza del Monumento a los Héroes de la Restauración en Santiago de los Caballeros.
En tanto que, tanto los críticos de la oposición política como otros analistas, aunque no sean de otra organización, tienen espacio para citar todo y cuanto falta por hacer, así como las promesas no cumplidas y los posibles retrocesos en algunos aspectos en los que, posiblemente, hubo más avances en gestiones anteriores.
Sin embargo, hay dos aspectos a tomar en cuenta que, dados los resultados obtenidos hasta ahora, permite hacer un balance positivo de la gestión encabezada por el presidente Abinader.
Lo primero es que llegó al Palacio Nacional en medio de la pandemia del covid-19, que mantenía al país y al mundo en una parálisis de sus actividades económicas y en una crisis sanitaria de consecuencias graves.
Le ha tocado a las nuevas autoridades, con poca experiencia en la administración pública, lidiar con esa situación y el trabajo realizado permitió superarla de la manera menos perjudicial posible.
La segunda situación, es la crisis de aumentos de precios, limitación de suministros y transporte internacional, que ha provocado incrementos extraordinarios en los valores de los bienes que se necesitan como materia prima para la producción, así como de artículos terminados. Todo eso, como consecuencia de la paralización de la economía a causa de la pandemia y luego, por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que aún persiste.
Dadas las circunstancias, en otros países están enfrentando situaciones más difíciles de las que se viven aquí, debido a que no solo sufren alzas de precios, sino, además, escasez de algunos bienes y servicios.
En el caso dominicano, si bien ha habido incrementos de precios, las autoridades se han asegurado de no permitir falta de suministro de ninguno de los bienes que demanda la ciudadanía, lo cual, junto con una adecuada política de subsidios, ha sido de alivio coyuntural en medio de lo que podría ser peor.
Ahora queda esperar que las iniciativas en curso, como construcción de obras de infraestructuras, desarrollo de proyectos y reformas estructurales en algunas áreas de la sociedad se hagan realidad en los dos años por venir, que serían la segunda mitad del mandato para el presidente Abinader.
De estos dos años dependerá la aceptación que necesitará el mandatario si optara por un segundo mandato presidencial.