Tras superar la crisis del covid-19, República Dominicana mantiene “alto” su categoría en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) que mide la situación de la salud, la educación y las condiciones de vida; ubicándose en la posición número 80 del ranking mundial que incluye 191 países, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El país escaló dos posiciones con relación al 2020, situándose con un valor en este índice de 0.767 a pesar de los retos de la pandemia en 2021. Sin embargo, al analizar el nivel de desigualdad la economía dominicana perdió un 19.4% en el IDH ajustado, detalló el organismo en su informe “Tiempos inciertos, vidas inestables: configurar nuestro futuro en un mundo en transformación 2021- 2022”.
El PNUD sostiene que el país ha alcanzado la posición en un marco donde “por primera vez en 32 años el desarrollo humano ha retrocedido a niveles de 2016, revirtiendo gran parte de los avances hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
Asimismo, el estudio asegura que el retroceso es “prácticamente universal”, ya que más del 90% de los países registran un deterioro de los niveles de su IDH en 2020 o en 2021, y más del 40% en ambos años, una “demostración de que la crisis sigue empeorando” en muchas economías.
“El mundo trata desesperadamente de responder a las sucesivas crisis. Con las crisis inflacionaria y energética hemos visto que, si bien es tentador adoptar medidas de corto plazo, como los subsidios a los combustibles fósiles, tales respuestas están retrasando los cambios sistémicos a largo plazo que es preciso adoptar”, advierte Achim Steiner, administrador del PNUD.
“Nos encontramos paralizados a nivel colectivo para realizar estos cambios. En un mundo definido por la incertidumbre es necesario que renovemos nuestro sentido de la solidaridad si queremos abordar estos desafíos interconectados y comunes”, apuntó Steiner.
En el informe se examina por qué no se están produciendo los cambios necesarios en la sociedad y se ofrecen las razones, trata la interconexión entre inseguridad y polarización. Además, revela nuevos cálculos que muestran que las personas con una mayor sensación de inseguridad son más propensas a caer en el extremismo político.
“Hoy en día una tercera parte de la población mundial se siente estresada y menos de un tercio confía en los demás, lo que supone un importante obstáculo a la hora de adoptar políticas constructivas para las personas y el planeta”, observó Achim Steiner.
Para trazar este nuevo rumbo el Informe recomienda aplicar políticas dirigidas a fomentar las inversiones —desde las energías renovables hasta la preparación frente a las pandemias— y el aseguramiento —como la protección social— para preparar a las sociedades ante las contingencias de un mundo incierto. Al mismo tiempo, la innovación en sus múltiples variantes —tecnológica, económica, cultural— puede también desarrollar capacidades para responder a los desafíos que vayan surgiendo en el futuro.
El PNUD argumenta que algunos países están empezando a recuperar el terreno perdido en este 2022, pero la recuperación es parcial y desigual, lo que “amplía aún más las brechas en el desarrollo humano” a nivel global. A modo de ejemplo expone a América Latina y el Caribe que entiende que lleva un proceso lento, ya que fue una de las más afectadas por la pandemia, con el 9% de la población mundial y reportó el 33% de las muertes por covid-19 a nivel mundial al término de 2021. También fue la región con la contracción económica más fuerte con un 7% en 2020, sostiene la institución multilateral.