El día que iba a ser dializado por primera vez, el nefrólogo trató de localizar las vías arteriovenosas de su cuerpo para una fístula, sin conseguirlo. Saturadas con pacientes las unidades de hemodiálisis, otro doctor refirió a Vinicio de los Santos al Moscoso Puello, uno de los hospitales que forma parte del programa de diálisis peritoneal que realiza el Servicio Nacional de Salud (SNS).
El joven recuerda con alivio la decisión de aquel especialista desde la sala de su casa en el ensanche Isabelita, Santo Domingo Este, pues se resistía a conectarse a una máquina tradicional por el proceso que conlleva la hemodiálisis.
La terapia que actualmente realiza le ha dado la autonomía de controlar sus “cambios” desde su casa, aunque a costa, eso sí, de adecuar todas sus rutinas y hábitos alimenticios.
“Desde que me dijeron esto, siempre he estado positivo, nunca cabizbajo con el problema”, dice, retractándose enseguida: “No es un problema, porque ya esto se convierte en una condición de vida. Uno tiene que aprender a lidiar con ello, no es algo por lo que tú tengas que sentirte mal por eso, sino aprender del proceso que uno va llevando cada día, que es lo primordial”, enfatiza.
A diferencia del tratamiento común, esta diálisis consiste en la instalación de un catéter en el peritóneo. La membrana, que recubre el abdomen, sirve de filtro natural para la instalación de dos líneas: una para la entrada de una solución dializante (llamada así porque separa los desechos del torrente sanguíneo) y otra de salida para sacar el líquido con los residuos que pasan a una bolsa de desecho.
Para dializarse manualmente, Vinicio debía seguir una larga rutina de desinfección, tanto de sus manos como del espacio destinado en su habitación para las soluciones filtrantes y otros insumos necesarios del proceso. Con cautela, conectaba la línea de la bolsa dializante que colgaba de un gancho de techo al catéter y se mantenía monitoreando hasta finalizar el ciclo, que dura cuatro horas y debía repetir, en promedio, cuatro veces al día.
Su vida dio un cambio positivo en el último mes, tras recibir en su casa parte del equipo del personal de salud que da seguimiento al programa. Si bien esta iniciativa incluye la visita de supervisores cada cierto tiempo para saber si los pacientes cumplen con los protocolos de la terapia y suplirles los insumos de la diálisis, hubo un día en el que a Vinicio le instalaron una cicladora al lado de su cama, como parte de un reciente proyecto piloto para adultos.
12 horas
La diálisis peritoneal automatizada cicla la sangre del paciente durante 12 horas continuas, sustituyendo realizar este proceso manualmente, que requiere de cuatro cambios cada cuatro horas, todos los días.
La máquina automatiza la limpieza de su organismo mientras duerme, utilizando una solución ultrafiltrante que se llama icodextrina. “Con la icodextrina puedo salir a trabajar y hacer mis diligencias”, manifestó. Se la coloca durante doce horas, de 9:00 de la noche a 9:00 de la mañana. “Mientras más temprano te conectas a la máquina, más rápido te suelta. Hasta que esa máquina no te diga ‘fin del tratamiento’, al menos que haya una emergencia, no te puedes desconectar”, detalla el joven.
Vinicio forma parte de los 1,039 pacientes activos que se dializa desde casa. Desde enero del 2021 hasta junio del 2022, el SNS despachó más de 28,790 kits para esta terapia, representando una inversión de más de RD$816.3 millones, el 65.32% del total del programa (RD$1,249 millones).
El 27 de octubre del 2020, el Comité de Compras del SNS contrató los servicios de Macrotech Farmacéutica, a través del procedimiento de excepción por exclusividad No. SNS-CCC-PEEX-2020-007. La empresa gestiona tanto los insumos, como las consultas que necesita el paciente: desde la colocación del catéter, entrega de soluciones dializantes y materiales gastables a domicilo en todo el territorio nacional, hasta las consultas de nefrología, nutrición, psicología, enfermería y visita a laboratorios, que por lo general, se hacen cada 15 días.
La iniciativa pública cubre, gratuitamente, todos estos servicios a los pacientes. Teniendo eso resuelto, a Vinicio solo le queda asumir el costo de los más de 10 fármacos que toma, entre medicamentos para controlar la presión arterial y suplementos vitamínicos, para lo cual invierte alrededor de RD$9,600 mensualmente; sin contar el precio de su alimentación, que debe ser seca y baja en fósforos y potasio.
Ventajas y desventajas de las terapias para la ERC

De los dos tipos de terapia sustitutiva que existen, la diálisis peritoneal es más económica para los pacientes, siempre tomando en cuenta todos los gastos indirectos en los que el paciente incurre, apunta el nefrólogo especializado en este tratamiento, Erwin Campos.
En cuestión de insumos, es posible que la hemodiálisis resulte ligeramente más barata. “Pero cuando te das cuenta de que un paciente debe trasladarse, como mínimo, 13 veces a un centro y tomas en cuenta la gasolina, el pasaje, el acompañamiento, la infraestructura y el tiempo de esa persona, entonces, definitivamente, la diálisis peritoneal es mucho más costoefectiva”, señala el doctor.
Realizada desde el hogar, la filtración a través de la membrana del peritóneo conlleva un gasto mínimo en insumos (mascarillas, jabón, agua, papel, bolsas dializantes y líneas de conexión) cuando se realiza manualmente, mientras que si es de forma automatizada, se añade un consumo de energía eléctrica de nueve a diez horas promedio por parte de la máquina cicladora.
RD$90,000
Es el monto máximo al que puede llegar la diálisis peritoneal automatizada, que incluye la máquina cicladora y una atención integral en salud
A nivel privado, una terapia de diálisis peritoneal manual ronda los RD$40,000 y puede elevarse hasta RD$60,000 si se incluyen las consultas con el nefrólogo y atenciones de otros especialistas, como el nutriólogo, enfermero y psicólogo. La automatización del proceso puede costar RD$70,000 y elevarse hasta RD$90,000 si se incluye la icodextrina.
La Sociedad Dominicana de Nefrología (Sodonefro) estima, sin embargo, que solo el 23.12% (1,008 dominicanos) dispone de esta modalidad de terapia, cuya prevalencia mundial es de 12% a 13%. ¿A qué se debe esto? Según Campos, el uso del peritóneo para estos fines tiene una vida efectiva de tres a diez años, siendo cinco o seis el promedio. “Si el paciente no se trasplanta y presenta dificultades en esta membrana, termina en hemodiálisis”.
Otro factor que hace que esta modalidad escasee en República Dominicana tiene que ver con la conducta de los doctores que ven la terapia como poco efectiva, “lo cual no es cierto”.
“Muchos doctores no se especializaron en diálisis peritoneal y realmente, como profesional, tú diagnosticas lo que conoces”.
Erwin Campos, nefrólogo.
Esto ha dado como resultado que la mayoría de centros privados a nivel nacional se especialicen en hemodiálisis, pese al alto costo que esta enfermedad representa en los presupuestos de salud de los sectores público y privado.
Los montos totales de las inversiones incurridas a nivel privado se desconocen, pero los precios de las unidades de diálisis arrojan una idea de cuánto puede costar.
El portal de compra y venta de dispositivos médicos Biomedis cuenta con una selección de 25 riñones artificiales, cuyos precios se encuentran entre los US$1,600 y los US$12,237 usadas. En este portal, una unidad de hemodiálisis de segunda mano Nikkiso DBB-06, como los que dispone el hospital Ney Arias Lora, tienen un costo de US$5,595.
Mientras que en eBay, una máquina cicladora Baxter HomeChoice como la que tiene Vinicio de los Santos en casa, aunque de distinto modelo, se vende a US$1,200.