Muere un cuarto turista por causa del accidente del autobus donde viajaban el jueves pasado. Son noticias muy graves para el país, que pone su esperanza de desarrollo en la locomotora de la economía nacional, el turismo, como lo definiera el ex presidente Danilo Medina, y que muy bien ha venido dándole seguimiento y apoyo el actual gobierno.
A pesar de que todos los días mueren humildes dominicanos, por accidentes de tránsito en nuestras calles, se hace muy notorio, cuando el evento involucra turistas que vienen atraído por nuestra belleza y calidez, con el fin de pasar sus vacaciones, y a cambio, reciben la muerte provocada por la irresponsabilidad de un conductor y de un Estado que no ha tenido la capacidad de aplicar las leyes de tránsito con todo el rigor que lo ameriten las circunstancias. El gobierno, los empresarios, los políticos, todos conocemos la situación, y las pérdidas que en vida y bienes, nos está produciendo los accidentes de tránsito.
Nos dimos una ley, más amplia que la propia capacidad de ejecutarla, cuando aún no ejecutamos la que teníamos, y a pesar de que todos los días nos despertamos con una nueva tragedia, no ha sido suficiente para que nos mueva la conciencia de corregir la conducta con que actuamos en las vías públicas.
Resulta que tampoco se pueden tomar medidas coercitivas contra quienes violan las leyes, porque aparecen como pandillas, los conductores o sindicalistas, motivados por la falta de autoridad que actuamos contra las violaciones constantes de nuestras leyes. Así no se puede guiar una nación que pretende desarrollarse y ser civilizada.
Los mismos sectores que viven del oficio, deben ser los más empeñados en que se apliquen las mejores prácticas, para no dañar la imagen del país. Estos eventos tienen un gran costo para el turismo, y si baja la venida de turistas, los primeros que sentirán las pérdidas son los que viven del turismo, como los que los transportan. Pero el Estado debe imponer las reglas, si no están en la voluntad de los sectores que sirven de apoyo a la industria turística.
A pesar de que aun, todos los instructivos no están terminados, la ley no impide que el Estado comience a aplicar la revisión técnico vehicular y la cobertura (póliza seguros) de la responsabilidad que debe tener los conductores con sus pasajeros, el público y sus bienes. Esta sola aplicación del Artículo 161 de la ley 61-17, reducirá considerablemente los accidentes de tránsito.
De la misma manera, debemos producir una gran movilización por la educación de toda la sociedad, para que adquiera una nueva visión de nuestra responsabilidad y comportamiento en las vías públicas. Así como hicimos la campaña de alfabetización, debemos acometer una gran batalla contra la mala conducta social. El dominicano necesita enfrentar sus demonios, pero no lo harán los mortales ciudadanos. Debe ser una decisión de quienes tienen la tarea y responsabilidad de guiarnos a mejores metas.