La inflación es, sin lugar a dudas, el foco de atención de los bancos centrales en todo el mundo. Nunca antes había existido una coordinación prácticamente global de las autoridades monetarias en cuanto a su política monetaria.
Esto, por supuesto, deja claro un punto: el alza generalizada de los precios producto de las medidas contracíclicas ante los efectos de la pandemia del covid-19, especialmente por la expansión desproporcionada de la oferta monetaria, ha puesto a los países tras un mismo objetivo: bajar la inflación a como dé lugar, aunque para ello tengan que sacrificar algunos puntos de crecimiento.
Por un lado está la fortaleza que muestra el dólar en casi todos los mercados más importantes del mundo, como Europa, y por el otro están los problemas de oferta que aún mantienen al mundo en vilo como efecto directo de la guerra ruso-ucraniana.
Aquí en República Dominicana los reportes indican que la economía sigue creciendo, que la inflación cede parte del terreno, pero que aún está sobre los niveles registrados en períodos anteriores. Cuando se ven los números, según el Banco Central, la inflación medida en el período enero-septiembre cerró en 6.01%, ligeramente superior al 5.88% de igual período de 2021.
Igual sucede cuando la mira se coloca apuntando a septiembre. En los últimos tres años ha venido subiendo de 5.03%, 7.74% y 8.63% durante 2020, 2021 y 2022, respectivamente.
Si bien la inflación bajó en agosto respecto a julio y junio, en septiembre ocurrió lo contrario, pues pasó de 0.21% a 0.29%.
Algunos economistas consideran que la política monetaria aplicada para frenar la inflación ha tenido un efecto neutro, aunque esto habría que demostrarlo, ya que habría que preguntarse qué hubiera sucedido si el Banco Central no hubiese subido la tasa de referencia en 525 puntos básicos desde noviembre de 2021 a la fecha.
La última vez que la inflación acumulada a septiembre llegó a niveles más altos que el actual fue en 2011 cuando alcanzó un 7.51%.
Lo que sí podría afirmarse, partiendo de lo que ha dejado claro la Reserva Federal de Estados Unidos, es que podría haber nuevos ajustes de tasas de interés en los próximos meses, quizá antes de que finalice el último trimestre del año, pues la inflación aún no cede a los niveles que buscan las autoridades.
Todas las metas de inflación se han quedado cortas como consecuencia del entorno volátil que han impuesto las materias primas básicas, incluyendo el petróleo, y los productos provenientes de zonas en conflicto bélico. Lograr que baje la inflación sigue siendo el reto.