En los últimos días, ha habido una importante discusión sobre la procedencia y la necesidad de proveerle a Ucrania de armamentos y sistemas ofensivos de guerra, con muchas personas en nuestro ámbito nacional tomando la posición de que es incorrecta esta estrategia. Sin embargo, al asumir una postura de que el suministro de estas armas es una forma de prolongar un conflicto armado, estas personas desconocen la realidad histórica y práctica en la materia.
En primer lugar, debemos reafirmar que este conflicto, lejos de ser una “guerra entre Rusia y Ucrania”, es una agresión cometida de manera unilateral por Rusia contra un país completamente inocente. De hecho, esta agresión, que ahora es una guerra total, data desde el año 2014, cuando Rusia ocupó Crimea y, ante el silencio del oeste, luego procedió a apoyar “separatistas” (una guerra indirecta) en el Donbas y otras regiones colindantes entre ambos países.
La inacción del oeste en el año 2014, al igual que ocurrió cuando Hitler realizó el “Anschluss” de Austria, fue precisamente lo que le dio luz verde a Putin para determinar que podría invadir a Ucrania sin ningún tipo de consecuencias o respuesta de otros países. La pasividad del oeste ante una serie de agresiones rusas ha dado lugar a que ocurra esta guerra; y no se debe cometer el mismo error de dejarle cancha libre a Rusia ante esta situación, pues ya la historia ha demostrado que, en estas circunstancias, los agresores toman mayor fuerza.
Por otra parte, Rusia ha asumido una guerra de atrición, específicamente atacando la infraestructura civil y hasta hogares de no combatientes con poderosas armas. Han ido conquistando pocos espacios en Ucrania, y la respuesta de ésta ha sido feroz ante la potencial pérdida de terreno, pero su posición sigue siendo precaria.
Precisamente por esto es que Ucrania necesita tanques, drones, aviones de combate, artillería, carros blindados y otros armamentos de los países del occidente, no para una agresión contra Rusia, sino para poder defenderse contra este vil ataque. Si Ucrania no tiene la forma de defenderse, la guerra se prolongará y las pérdidas humanas y materiales se continuarán multiplicando; en cambio, en la medida en que Ucrania pueda responder ante los ataques de Rusia y hacerla replantear la necesidad y estrategia de su guerra, entonces se podría aspirar a una solución diplomática a corto plazo.
El próximo 24 de febrero es el primer aniversario del inicio de la invasión de Rusia contra Ucrania. Es muy fácil para países lejanos, como República Dominicana, sentirse fatigados por la cobertura mediática y lo prolongado que ha sido este conflicto, que aún le queda un tiempo por correr. Sin embargo, la suerte de esta democracia europea tiene efectos y repercute en el desarrollo de la democracia y el estado de derecho en todo el mundo, y no debemos abandonar a Ucrania hasta que Rusia haya sido derrotada en el campo de batalla y acordado una paz negociada.
Por ende, por paradójico que pueda parecer, para lograr una paz en el corto plazo, Ucrania necesita armamentos y apoyo para que la situación en el campo de batalla sea propicio para lograrlo.