El Instituto de Estadística de Turquía (Turkstat) informó este viernes que la inflación interanual de febrero se situó en el 55.18%, ligeramente inferior a los datos de enero.
La mayor subida mensual de precios se dio en el sector de alimentos y bebidas no alcohólicas, con un 7.36%, mientras que los precios en la hostelería subieron un 4.07%.
Con todo, la inflación interanual de febrero está lejos del máximo de 24 años que marco en octubre con más del 85%.
La alta inflación, además de los factores externos debido a la subida de los precios de la energía y los alimentos, se debe a una crisis monetaria en la que la lira turca se ha debilitado mucho en los dos últimos años.
El caída de la lira se debe a una política de bajos tipos de interés para impulsar el crecimiento pese a la alta inflación, una política heterodoxa alentada por el presidente del país, el islamista Recep Tayyip Erdogan.
Según los cálculos de un grupo de economistas independientes la inflación interanual de febrero en Turquía sería mucho más alta que la cifra oficial y se situaría en el 126.91%.
Los partidos de la oposición también han venido dudando de las cifras oficiales de inflación de Turkstat y consideran que se están manipulando para favorecer la reelección de Erdogan en las elecciones presidenciales previstas en mayo.
Erdogan declaró a finales de diciembre de 2022 que la inflación del país bajaría al 40% en unos meses y se situaría en torno al 20% en 2023.