Ya lo ha dicho el presidente Luis Abinader: “¡Que eso esté claro: vamos a proteger la producción nacional, y más en este momento, donde cada país tiene que garantizar su seguridad alimentaria!”. Tiene dos lecturas esta afirmación: una económica y otra política.
Todos sabemos que es imprescindible que busquemos la protección de nuestra producción para garantizar dos cosas: seguridad alimentaria y miles de empleos; el otro punto de vista estaría relacionado con la coincidencia histórica de un proceso electoral que se avecina, razón por la que el jefe de Estado debe aparecer como un firme defensor de los intereses nacionales, ya que eso genera rentabilidad ante una repostulación para continuar dirigiendo el Estado.
Sin embargo, habría que preguntarse cuáles son las opciones disponibles para República Dominicana en un escenario complicado, toda vez que renegociar el tratado de libre comercio con Centroamérica y Estados Unidos (DR-Cafta) implica tener que sentarse en la mesa del diálogo con más de un actor. ¿Cuál es la actitud de los demás? ¿Por qué las administraciones del Estado que hemos tenido durante los años de vigencia del Tratado no se encargaron de preparar el país para lo que nos vendría en términos de apertura comercial?
Ahora se ha armado un “corre-corre” en medio de la desesperación que provoca saber que el próximo año habrá un desmonte arancelario para las importaciones de arroz, que llevarán la tasa de un 23.8% a un 11.8%, aproximadamente y eso continuará hasta quedar en cero. La actitud de los productores nacionales y las autoridades es una consecuencia directa de no haber hecho lo correcto en el momento indicado.

¿Qué podemos hacer? Bueno, el DR-Cafta tiene una pequeñísima ventana por la que podríamos salir airosos si se contratan los lobistas expertos en este tema, a fin de convencer a los demás actores. En todo caso, los países centroamericanos que producen arroz, tomando en cuenta que no es un rubro de alta preponderancia, podrían aceptar una nueva negociación, por lo menos en lo atinente al plazo de desmonte arancelario.
La única brecha posible a la vista está ubicada en el Artículo 3.18 del Tratado. Establece la formación de una comisión de revisión agrícola (CRA) para evaluar los efectos del proceso de liberalización comercial bajo el tratado, la operación del Artículo 3.15 y la posible extensión de medidas de salvaguardia relacionadas con el sector agrícola citadas en este último artículo.
La embajadora dominicana en Estados Unidos, Sonia Guzmán, y el representante comercial estadounidense, Jayme White, han intercambiado cartas sobre este asunto. La diplomática nuestra ha expresado el interés del país en revisar el DR-Cafta en lo concerniente al desmonte arancelario que impacta en el sector agrícola.
La respuesta White fue tajante: “El DR-Cafta insta a las partes a establecer la CRA para revisar la implementación y operación del Acuerdo en lo que se refiere al comercio de bienes agrícolas. Esta revisión brinda la oportunidad de comprender y evaluar mejor los efectos del Acuerdo sobre las partes. No es un mecanismo para reevaluar compromisos de acceso a mercados ni un mandato para renegociar el DR-Cafta”.
Todo indica que hay un tema de interpretación. ¿Qué usted cree?