[dropcap]L[/dropcap]a industria responsable no se olvida de su entorno, lo tiene presente en cada una de sus actividades. Colocar al ser humano en primer lugar es una de las decisiones más inteligentes que pudiera tomar cualquier empresa. Este es el caso de Plastifar.
Sus ejecutivos están conscientes de que el ser humano debe estar en primera fila, por lo que el medio ambiente, donde vive la gente, es parte de su agenda de responsabilidad social empresarial. La compañía tiene más de 20 años al servicio de la sociedad y comprometida con un futuro mejor para República Dominicana.
Como empresa consciente de su rol en la sociedad, Plastifar comparte el orgullo de impulsar proyectos que contribuyan con la comunidad, la preservación del medio ambiente y el desarrollo del país.
Desde sus inicios, la compañía ha tomado la responsabilidad social corporativa como su principal herramienta ante el desarrollo de sus actividades. A principios de 2009 la empresa solicitó su permiso ambiental, mediante el cual mejoró sus procesos y se diseñaron protocolos que le permitieron optimizar su actividad de un modo más amigable con el medio ambiente.
En 2011 Plastifar inició un proceso de gestión para la disposición final responsable de sus desechos. Como fruto de este levantamiento, cada una de las plantas de la empresa identificó todos los residuos sólidos que estaban generando y se proporcionó un destino final responsable, a fin de que sean reprocesados y/o reciclados.
Una de las más grandes iniciativas en materia de responsabilidad social de la empresa la constituye la creación de la Primera Red de Reciclaje de Foam del país, en 2014. Esta red tiene como objetivo principal recuperar la mayor cantidad de foam posible y evitar que el material llegue a los vertederos.
Para ello, Plastifar ha creado cronogramas de retiros semanales que pasan por cada uno de sus colaboradores y empresas, junto a las cuales la compañía ha logrado reciclar alrededor de 1,000 millones de pies cúbicos de poliestireno expandido, que equivale a un promedio de 900 camiones de basura.
En 2015, Plastifar creó el “Proyecto Saona”, cuyo objetivo principal es crear la logística y un plan de manejo de residuos sólidos adecuado a las condiciones de la comunidad de Mano Juan en Isla Saona, ubicada dentro del Parque Nacional del Este. Pero Plastifar no solo se identifica con la creación de procesos sostenibles y el reciclaje, sino también con la conservación de la vida marina. Es por esto que en 2015 se realizó un primer donativo a favor del proyecto de Conservación y Protección a las Tortugas Marinas en la Isla Saona, que dirige Grupo Jaragua en la Isla Saona.
Contribuyendo con el futuro
Para 2016, la empresa busca duplicar sus acciones sociales. Inició el año con una jornada educativa y de responsabilidad social en la cual una representación de colaboradores de la empresa tuvo la oportunidad de cooperar con el Vivero Las Margaritas en Baní, provincia Peravia.
Se realizó una donación de equipos esenciales para el desarrollo de las actividades diarias del vivero y el grupo pudo conocer la ardua labor que debe realizarse para preparar las plantas antes de ser llevadas a su destino. Asumió el compromiso de seguir apoyando la causa.
Los hechos hablan por sí solos
Plastifar apuesta a los hechos para demostrar que sí, que es posible hacer mucho más por el medio ambiente y por los ciudadanos en sentido general. Sus ejecutivos aseguran que como empresa está más que comprometida con desarrollar estrategias y proyectos que permitan mantener una relación sana con el entorno.
“Entendemos que nuestra relación con la naturaleza debe ser lineal, en la que ambos ganemos. Una empresa no está completa si dentro de sus políticas no se contempla el cuidado ambiental y el interés de compensar a la sociedad con el mismo compromiso y fidelidad con el que nuestros consumidores lo hacen”, sostiene Plastifar en un documento institucional enviado a elDinero.
Plastifar tiene previsto desarrollar otras iniciativas, siendo una de ellas “Tejiendo Futuro”, de Fundación Farach. A través de esta, la empresa asume el reto de insertar en el mercado los productos tejidos que elaboran en su mayoría ancianos que ya no tienen posibilidades de encontrar un empleo con salario fijo.
La compañía también tiene como objetivos aumentar la lista de clientes y el volumen de poliestireno (foam) que recicla, realizar una jornada de colaboración en el vivero Las Margaritas de Baní, entre otras acciones.