Durante esta semana que transcurre, Republica Dominicana ha experimentado una de las más altas temperaturas de su historia llegando a alcanzar, en momentos específicos, hasta 38 grados Celsius, ratificándose con esto que el cambio climático y el calentamiento global son la nueva pandemia de este siglo.
En efecto, ya se sabe que estos fenómenos están incidiendo de manera directa en “las sequías, las olas de calor, las fuertes lluvias, los ciclones tropicales, el aumento del nivel del mar, el aumento de las temperaturas y los cambios en los ciclos de precipitaciones” (OIT, 2016), pero lo que preocupa es no se muestran avances en contrarrestar dichos fenómenos. Es tan grave la situación, que se apunta ya a la existencia de un “Código Rojo” para la humanidad.
Pero el centro de toda esta problemática está en la generación de gases de efecto invernadero, y en las actividades económicas y humanas que lo promueven. De hecho, en un estudio de Bill Gates (2021) se muestra que el 31% de estos gases son emitidos desde las fábricas, mientras que un 27% provienes del consumo de energía a partir de los combustibles fósiles, en tanto que un 19% emana del cultivo de plantes y la crianza de animales. Así también, en el estudio de marras se afirma que el 16% de los gases de efecto invernadero son emitidos mediante las actividades de transporte y uso de aviones, camiones y cargueros que funcionan con combustibles derivados del petróleo, y el 7% restante sale del uso de la calefacción, aire acondicionado y la refrigeración.
Amnistía Internacional ha advertido que, “a menos que los gobiernos tomen medidas, el cambio climático continuara será dañándonos a todos”. Lo peor de todo esto es que a quienes más afecta esta situación es a los grupos vulnerables, es decir, a aquellos que se por si están colocados en el lado desfavorable de la distribución de la riqueza.
Un ejemplo sobre esto se plantea en las conclusiones conjuntas del Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo, en donde se observa que Pakistán (140 millones de habitantes y uno de los más pobres del mundo), país que aporta poco a las emisiones históricas de gases de efecto invernadero, fue testigo de las inundaciones ocurridas en el 2022 que causaron al menos 1,600 muertes y dejaron pérdidas por más de 10,000 millones de pesos americanos.
Una de las cuestiones que se plantean frente al cambio climático y el calentamiento global es si se podría llegar a un punto de no retorno, es decir, momento en donde ya ninguna política, ninguna medida y ninguna inversión pueda detener y/o mitigar la expansión de los gases de efecto invernadero (Vásquez, 2021). Un punto importante aquí es que la lucha contra el cambio climático y el calentamiento global es de todos, aunque no todos paguemos las mismas consecuencias.
En ese sentido, convendría mirar las cinco tecnologías que, desde el punto de vista de los expertos, permitirían una reducción en el ritmo de expansión de los gases de efecto invernadero; estas son: a) El uso de vehículos eléctricos; b) Utilización de iluminación bombillas LED; c) Bioenergía con tecnología de captación de CO2; d) Panales solares, y e) Producción y uso de energía nuclear.
En resumen, la nueva pandemia del cambio climático y el calentamiento se está sintiendo en estos momentos por las altas temperaturas que están teniendo lugar, afectando la salud de muchas personas con condiciones médicas previas. Se pronostica que esto será peor a medida que avance el verano. Actualmente, no sabemos lo que está haciendo el gobierno dominicano en materia de reducción de los gases de efecto invernadero, y este parecería ser el momento oportuno para que las autoridades gubernamentales hablen de este tema y muestren una mayor preocupación.