[dropcap]E[/dropcap]l avance de las tecnologías de la información y comunicación no solo trae consigo múltiples alternativas para la interacción a largas distancias, sino que también abre nuevas ventanas para la aparición de otras formas de dinero.
Además de los tradicionales billetes y monedas, las sociedades modernas cuentan con múltiples alternativas para pagar o cobrar, como dinero plástico, teléfonos móviles, entre otros. Estos avances han abierto un abanico de posibilidades adaptadas a consumidores que demandan cada vez más funciones, acceso, seguridad y simplicidad.
Con el fin de adaptarse a esas demandas, la empresa global de tarjetas Visa abrió en Miami su centro de innovación dirigido a los clientes de América Latina y el Caribe. La idea es poder desarrollar ideas nuevas de parte de emprendedores de toda la región enfocadas en mejorar la experiencia de pago general o de un segmento.
“La apertura de un centro de innovación enfocado en la próxima generación de pagos en Latinoamérica y el Caribe es parte esencial de nuestra estrategia digital”, afirmó Eduardo Coello, presidente de Visa para Latinoamérica y el Caribe.
“Estas instalaciones nos permiten acceder al mundo creciente de “tech y start ups” en el sur de la Florida, desarrollando en conjunto con nuestros clientes y socios soluciones que resulten relevantes para los consumidores en la región”, agregó.
De esta forma, la empresa abrió las puertas para que los desarrolladores de la región puedan conectarse y aplicar sus ideas, mejorarlas y suplir una necesidad. Para ello, cualquier persona que tenga el interés de encontrar una solución digital tiene acceso al centro, según Coello. Así, ofrecen acceso a su plataforma para ver cuáles son los canales de desarrollo compatibles con la red Visa.
“Aquí damos las especificaciones para que entonces hagas el desarrollo de los códigos y hagas los aplicativos que te ayuden a ver si la idea era buena o mala”.
Inclusión
La idea de crear un centro de innovación está acorde con el deseo de los gobiernos de la región de explorar nuevas vías de seguir desplazando al efectivo, ya que a medida que crecen los pagos electrónicos, disminuye la economía informal, se mejora la recolección de impuestos y también el gobierno gana más eficiencia en sus programas de gasto social.
Coello resaltó de forma especial el programa de ayuda social de República Dominicana Solidaridad, con el cual se estimula el uso de medios electrónicos de pago. Gracias a ello, el Gobierno gana eficiencia en la distribución, además de que se estimula la formalidad, ya que los recursos que entran a esas cuentas solo se pueden utilizar a través de la tarjeta.
“Lo que hicieron fue afiliar una serie de comercios cercanos a las comunidades receptoras de los apoyos sociales. Luego de 10 años que lleva el programa, 70% de esos comercios sobrevivieron y los pequeños comercios generalmente tienen tasas muy elevadas de mortandad. Estos siguen porque crearon economía alrededor”, resaltó.
Según el directivo, la ironía de estos medios de pago es que el gobierno va y recauda impuestos de la economía formal, los distribuye a través de una serie de tarjetas, y las personas tienden a reditar el 100% del dinero y llevarlo a la economía informal.
Innovación
En cualquier intercambio comercial la oferta y poder liquidarla es fundamental. En el mundo físico el efectivo sigue siendo la gran competencia para los medios de pago electrónicos. Su penetración sigue siendo muy fuerte. Pero cuando se trata del comercio no presencial, las formas alternativas que tiene los clientes para pagar su consumo cobre un papel preponderante, según explica Brayan Peralta, vicepresidente de Comercio Electrónico para América Latina y el Caribe de Visa.
A su entender el desarrollo tecnológico ha abierto una oportunidad todavía más grande para entidades como Visa, aprovechando las nuevas vías de comercio.
“El comercio viene creciendo 10% anual. Para 2013, en República Dominicana se transaccionaban cerca de US$420 millones, para 2015 fue de US$507 millones y se espera que este año llegue a los US$560 millones”.
El centro tecnológico provee a los socios y clientes de las herramientas que necesitan para desarrollar nuevas soluciones digitales, con espacio de experimentación.