Los cineastas Pinky Pintor, Algilberto Meléndez, Leticia Tonos, Elsa Turull y René Fortunato vieron un antes y después con la promulgación de la Ley 108-10 de Fomento a la actividad cinematográfica en República Dominicana. De hecho, promueve incentivos, capta inversión extranjera y apoya a productores dominicanos para realizar su audiovisual bajo el Artículo 34.
Sin embargo, el financiamiento sigue siendo el principal desafío para el cine en República Dominicana. “Lograr que los inversionistas crean en el audiovisual sin que exista y lo financien para hacerlo realidad, es algo extraordinario”, aseguró la cineasta Nicole Quiñones a elDinero.
Violeta Lockhart, copropietaria de Minervas Producciones, afirmó que uno de los desafíos de emprender es utilizar la creatividad para financiar los documentales.
“Tratándose de una ópera prima (Rosa, 2013) que trata temas de la política y los movimientos sociales actuales, hemos estado participando en fondos, talleres, desarrollamos campaña de crowdfunding y alianzas estratégicas para salir adelante con el financiamiento”, explicó.
De acuerdo con la cineasta, el audiovisual surgió por la necesidad de crear “algo nuevo”. No obstante, aclaró que los costos en los cortometrajes no son reales, pues hubo presupuesto que fue trabajo en especie. “Con los cortos empiezas emocionando a un crew con una buena historia, siendo la mayoría de las personas que donaron sus talentos”, sostuvo. Mientras, “Lo que pudo haber sido” (2016) contó con una autofinanciación de RD$150,000.
Para Lockhart ser guionista en el llamado séptimo arte requiere de estudios y humildad. “Hay que ver mucho cine, estudiar y escuchar conversaciones para crear personajes arquetípicos y luego reescribir hasta lograr la perfección”, consideró.
El dominicano radicado en Estados Unidos, Manny Pérez, apostó por el cine dominicano con el filme “La Soga” en 2009. En 2021 estrenó “La Soga 2”, que recaudó RD$1.1 millones por la asistencia de 3,919 personas durante cuatro semanas en cartelera en cines criollos. Además, el audiovisual fue exhibido en New York, Estados Unidos, y se proyectó en plataformas de videos por suscripción.
“Con las dos primeras entregas de La Soga yo no usé la Ley 108-10, las realicé con mi dinero. En esta tercera entrega, la productora Pulpo se involucró en la parte de postproducción y me ayudó a aumentar la calidad de los efectos especiales y sonido, pero la filmación y la preproducción fue financiada con el dinero que gané en festivales”, explicó Pérez.
Talento y competitividad
Para la productora Nicole Quiñones el cine es una carrera versátil, pero reconoce que es un mercado competitivo. “Lo más difícil es abrirse camino en el sector y lo más costoso podría ser realizar el primer largometraje para adquirir experiencia”, consideró.
El Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MESCyT) registró 2,036 egresados de grado de cine en las universidades dominicanas en la última década. De este monto, 875 fueron estudiantes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), 784 de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) y 377 del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec).
“Yo confío mucho en mi historia y creo que existen actores que merecen la oportunidad de ser protagonistas en historias de calidad”, consideró Manny Perez. De hecho, recordó la participación de Denisse Quiñones en “La Soga” (2009), papel que la catapultó a la fama en el sector cinematográfico.
La Dirección General de Cine (DGCine) registró que 141 actores dominicanos y 127 extranjeros prestaron su talento para el rodaje de 125 películas en 2022, cuyas producciones movilizaron RD$15,000 millones.
“Los jóvenes deberían estudiar cuando sientan que esa es su vocación, que sientan pasión por todo lo que tiene que ver con la realización cinematográfica. Es un buen momento el que vivimos para estudiar cine, 10 años atrás era un sueño, pero hoy en día gracias a la Ley de Cine ocurren durante el año diversas producciones nacionales e internacionales que han ampliado el mercado laboral de técnicos y creadores”, sostuvo Robelitza Pérez.
Solo en 2022 se registraron 13 directores de cine, 15 productores y ocho guionistas. Mientras, el equipo técnico ascendió a 634 personas. Pérez, agregó que hacer un audiovisual en República Dominicana conlleva dedicación, motivación y pasión.
“El arte se mueve por amor y pasión, para llevar a cabo un proyecto audiovisual hasta su fase final”, expresó. Sin embargo, afirmó que aliarse a un equipo de trabajo que esté conectado con la visión, apelar a la honestidad en el trabajo artístico y tener sentido de compromiso y responsabilidad marcará la diferencia.
Pero, destacó que “el mercado cinematográfico local busca profesionales capaces, personas creativas con iniciativas y proyectos propios”.