Mi experiencia me dice que el conflicto entre Israel y Hamás podría tener consecuencias más desastrosas en la humanidad que la invasión rusa en Ucrania. Y es mucho decir, pero lo cierto es que el Medio Oriente tiene una importancia geopolítica y económica mayor en cotidianidad de los seres humanos alrededor del mundo.
No sólo hablo de la capacidad de inmolarse que tienen los árabes de Hamás y de su experiencia bélica, me refiero a la cantidad de países que desde ya están involucrados en este conflicto, incluyendo algunas de las potencias árabes más influyentes de la región y, muy especialmente, las otras potencias occidentales con capacidad de cambiar el curso de la historia.
El mundo está sentado sobre una bomba de tiempo. Hay muchas energías negativas acumuladas y cualquier mala pisada podría hacer detonar el artefacto destructor. Las consecuencias en pérdidas de vidas humanas es lo peor, aun sea uno solo el muerto. La guerra entre Ucrania y Rusia ha cobrado la vida de cientos de miles y aún no se ve un final del conflicto.
El enfrentamiento entre Hamás e Israel se ha cobrado la vida de al menos 4,000 personas en alrededor de diez días y lo peor aún está por venir, interpretando las palabras del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.
Israel no había tenido un conflicto tan fuerte como la guerra del Yom Kipur, en 1973, cuando fue atacada desde diferentes frentes. La nación judía no había registrado tantos muertos en un solo día desde el Holocausto. Lo mismo pudiéramos decir la pérdida de vidas inocentes del lado palestino, especialmente niños y ancianos indefensos. No cabe duda de que la guerra es el fracaso de la inteligencia humana, independientemente de las razones que tenga un bando y otro para iniciarla.
Israel, un Estado fundado en 1948 y que ha tenido que defender su existencia desde mucho antes de su aprobación en la Asamblea de Naciones Unidas, está rodeado de enemigos. Este contexto, por supuesto, lo ha hecho ser fuerte y prepararse para la guerra. Su vida ha transcurrido entre jornadas bélicas.
El otro aspecto que me preocupa de este conflicto entre Israel y Hamás, pues no es ni siquiera con Palestina, cuyo gobierno ha condenado los ataques al pueblo israelí, es el impacto económico que indefectiblemente tendrá en todo el mundo. Estamos hablando una zona productora de petróleo con capacidad de influir en los precios. Las proyecciones indican que la cotización del crudo podría superar los US$100 y eso sí representa una verdadera crisis para los países que deben importar esta materia prima para mantener sus economías funcionando.
En fin, hacía mucho tiempo que el mundo no se encontraba en una situación tan delicada. Parece que la acumulación de energías negativas está aflorando y las consecuencias de usar el tino podrían ser catastróficas no sólo en términos económicos, que de por sí ya los son, sino que la configuración de la humanidad podría ser diferente a partir de este momento.