[dropcap]L[/dropcap]a destitución por el Consejo del Poder Judicial de tres jueces del distrito judicial de Santo Domingo ha producido una serie de comentarios y críticas en la sociedad dominicana respecto al Poder Judicial.
Sin embargo, lejos de ver este evento como algo negativo, resulta evidente que el Consejo del Poder Judicial ha tomado una acción con la finalidad de reforzar la confianza en la justicia al separar de sus funciones a tres magistrados respecto de los cuales les llegaron serias denuncias de que vendían sus votos.
La confianza en la justicia es uno de los pilares del clima de negocios de un país.
En la medida en que la ciudadanía en sentido general, y el empresariado de manera más puntual, crean en la justicia que es tutelada por el Poder Judicial, las operaciones comerciales se tornan más fluidas y eficientes.
La destitución de los tres magistrados y otras acciones constituyen pasos positivos, pero todavía quedan pendientes otros trabajos requeridos para mejorar la confianza en la justicia.
En primer término, el Poder Judicial ha reconocido esta problemática, y ha planteado la celebración de una Cumbre con la finalidad de identificar acciones y concentrar compromisos sobre los avances y desafíos. La celebración de la Cumbre se ha retrasado, y resulta imprescindible que se lleve a cabo la misma lo más pronto posible y con completa transparencia sobre los insumos aportados por todos los actores y los resultados.
Por otra parte, la mora judicial continúa siendo un elemento de preocupación que genera seria desconfianza y cuestionamientos a la justicia dominicana.
A nuestra opinión, un incremento en el presupuesto del Poder Judicial –el cual tradicionalmente ha sido inferior al presupuesto del Congreso Nacional– es requerido de manera urgente para solucionar este problema. Asimismo, la observancia de la Ley 194-04 que requiere que se le asigne al Poder Judicial un presupuesto equivalente a por lo menos el 2.67% del PIB.
Finalmente, la renovación de las Altas Cortes durante los próximos años es un elemento de mucha importancia y preocupación. Tal como hemos comentado en entregas anteriores, se requiere de la profesionalización de nuestros máximos tribunales, no un reparto antojadizo e interesado de puestos por aquellos encargados de realizar las selecciones.
El Poder Judicial está llevando a cabo las acciones internas requeridas para mejorar la confianza en el sistema, pues se encuentra inmersa en una profilaxis y reflexión. Sin embargo, también resulta evidente que varios puntos de mejora dependen de la buena fe de actores políticos. Ojalá que éstos lleguen a percibir la importancia del tema y actúen conforme a este requerimiento.