Wall Street cerró este viernes una buena jornada, una semana regular, un mes malo y un trimestre que, con las acometidas de los últimos días, puede considerarse como presentable.
Los principales indicadores estaban acercándose a niveles récords minutos antes del final de la sesión, pero en los últimos coletazos llegó el momento de la toma de beneficios y se perdió algo de impulso.
Por ejemplo, el Dow Jones, el principal indicador del mercado, que cinco minutos antes del cierre estaba en 19,348 puntos, perdió 40 enteros en muy poco tiempo y terminó con 18,308.15 unidades y una ganancia del 0.91%.
En la semana, el Dow subió un 0.3%, en el mes bajó un 0.5% y acabó con el peor resultado mensual desde enero pasado, y, finalmente, en el trimestre que se cierra este viernes, el indicador terminó con un avance del 2%.
Antes de esa ola de ventas para toma de beneficios en los últimos cinco minutos, el Nasdaq, que avanzó un 0.81% al cierre de este viernes, estaba a 15 puntos de su récord histórico.
La que termina ha sido una semana con gran volatilidad, que en las últimas sesiones ha estado marcada por las repercusiones de los temores surgidos en Europa por la solvencia del banco alemán Deutsche Bank.
El jueves el Dow Jones cayó un 1.07% por este motivo y el impacto en el sector financiero, pero este viernes los títulos del Deutsche Bank terminaron con un avance del 6.4%, el ánimo cambió y se dio una vuelta a la tortilla.
Pero hubo otros factores más cercanos que impactaron en Wall Street, entre ellos el petróleo de Texas, que terminó con un avance del 0.86%, después de haber subido el miércoles un 5.3% y el jueves un 1.7%.
Al cierre de este viernes, el crudo de Texas acumula un avance anual del 30% y, sobre todo, está registrando una estabilización que parecía difícil a comienzos del año. Wall Street, por esa razón, ya no está tan obsesionado con el petróleo.
Además, según los analistas, cerrado el tercer trimestre del año, el mercado espera que el cuarto sea mejor en cuanto a los resultados de las empresas, y cuando se conozcan los datos del trimestre que comienza, ya a fines de enero, Wall Street recibirá buenas noticias.
Pero, cerrado septiembre, Wall Street comienza un mes que será el último completo antes de que el 8 de noviembre los estadounidenses acudan a las urnas para elegir al presidente que estará en la Casa Blanca en los próximos cuatro años u ocho si repite.
Los analistas consideran que será un mes con muchos nervios por el ruido político y con un mercado que estará muy pendiente de los datos sobre los resultados de las empresas del tercer trimestre que se comenzarán a conocer días antes de esa votación presidencial.