[dropcap]E[/dropcap]l Consejo de Ministros, encabezado por el presidente Danilo Medina, aprobó un anteproyecto de ley de presupuesto de 2017 por RD$711,399.37 millones, un incremento de RD$47,841 millones, respecto al vigente en 2016 que es de RD$663,558.4 millones. La cantidad no me asusta. Es más, creo que deberíamos gastar más. Por supuesto, con calidad.
Si la cantidad propuesta para gastar el año próximo no me asusta, entonces ¿qué me asusta? Lo que más causa preocupación del presupuesto de 2017, sin duda, es que seguiremos emitiendo deuda para pagar más deuda, o sea, para cubrir intereses y capital. ¿Qué quiere decir esto? Que no estamos pagando lo que tomamos prestado con producción nacional, sino con más endeudamiento.
Otra cosa que me preocupa, y como dominicano tengo el legítimo derecho a expresarlo y a, incluso, pedir explicación al Gobierno, es que la deuda resulta más cara, pues los planes apuntan a emitir títulos o bonos, en dólares y en pesos. Ojalá no llegue el momento en que ya nuestras emisiones dejen de ser atractivas para los acreedores o inversionistas y tengamos que rascarnos con nuestras propias uñas. Puerto Rico, nuestro vecino, podría ser un espejo. Grecia, geográficamente más lejos, también sirve como lección.
Entonces, ¿qué deberíamos hacer como país, como autoridad, como nación que busca su desarrollo? En lenguaje sencillo sería como “arroparnos hasta donde nos dé la sábana”. ¿Para qué mantener instituciones que su razón de ser es una “sinrazón”, que sólo sirven para amamantar gorditos que en nada benefician al Estado?
Otro ejemplo sería pedirle a diversas instituciones, exceptuando Educación, Salud y Seguridad, que reduzcan en un 10% su presupuesto. ¿Cómo? Cada quien sabe por dónde cortar. De eso no hay duda. Impuestos Internos y Aduanas, por otro lado, que sigan fortaleciendo sus mecanismos de control y fiscalización para hacer que todos paguen.