[dropcap]E[/dropcap]l más reciente informe sobre el comportamiento de las exportaciones de República Dominicana indica que durante el pasado año alcanzaron US$9,860.3 millones, con un crecimiento de 4.4% en comparación con los US$9,441.8 millones generados en 2015.
Ese resultado muestra varios puntos desfavorables. Lo primero es que el país no logra superar los US$10,000 millones anuales en exportaciones. Además, el crecimiento de solo 4.4% no debe ser satisfactorio, sino que, por el contrario, es motivo de preocupación, ya que está muy por debajo del crecimiento de 6.6% de la economía durante el año pasado.
Pero los aspectos más preocupantes surgen cuando se analiza el desglose de ese resultado publicado por el Banco Central en su más reciente informe sobre la economía dominicana correspondiente al año 2016.
Resulta que las exportaciones totales son divididas en Zonas Francas y Nacionales. Dentro de las nacionales están las de minería. De acuerdo con el informe oficial las exportaciones de zonas francas solo crecieron 1.3%, mientras que las nacionales muestran un resultado más favorable de 8.7%.
Sin embargo, ese crecimiento en las exportaciones nacionales estuvo influenciado básicamente por las exportaciones del renglón minería, principalmente de una sola empresa: la mina de oro de Pueblo Viejo de la provincia Juan Sánchez Ramírez.
En efecto, las exportaciones minerales crecieron un 34.9% al pasar de US$1,277.2 millones en 2015 a US$1,722.7 millones en el año pasado.
Cuando se excluyen las exportaciones minerales, se tiene que las exportaciones nacionales en realidad sufrieron una lamentable caída de -3.5% el año pasado, ya que apenas alcanzaron los US$2,643.7 millones; es decir, US$97.3 millones menos que los US$2,741 millones exportados en 2015.
Resulta inquietante el hecho de que los sectores productivos no han podido mejorar sus niveles de competitividad hacia el exterior y que en cambio han involucionado. No se trata de un estancamiento en las exportaciones, sino de una reducción que se hace constante año tras año.
Si bien es cierto que en sentido global las exportaciones del país no se quedaron en números rojos y crecieron en un nivel aceptable, no es menos importante el hecho de que las instituciones del Gobierno encargadas de presentar los resultados de las ventas de productos nacionales en el exterior deben transparentar sus estadísticas y mostrarlas al público.
De esa forma, se contribuye a generar ideas, proyectos, iniciativas, acciones efectivas, tanto de la parte pública como privada, en procura de mejorar esa situación. Al tapar esa realidad con un redondeo de los niveles exportados, se genera la falsa creencia de que el país anda bien en cuanto a sus niveles de competitividad en el exterior, cuando en realidad no es así.
Una sola empresa, de un solo sector productivo, la cual no es un gran generador de empleos, es la única que registra un crecimiento favorable en términos relativos y absolutos en las exportaciones, lo cual sirve para “tapar” la parte negativa del resto del sector exportador nacional. En términos efectivos, esa práctica no aporta a la solución.
No es un secreto que República Dominicana se especializa en tener muchas instituciones relacionadas con un mismo sector. En el caso del sector exportador, para la presentación de estadísticas se pueden mencionar a la Dirección General de Aduanas, el Centro de Exportación e Inversión de República Dominicana (CEI-RD), la Dirección de Comercio Exterior (Dicoex), la Oficina Nacional de Estadística (ONE) y, por supuesto, el Banco Central, que cuenta con un activo Departamento de Cuentas Nacionales y manejo efectivo y constante de estadísticas económicas en sentido general.
En el ámbito privado está la Asociación Dominicana de Exportadores (Adoexpo), además de las organizaciones empresariales con las que está vinculada. Adoexpo realiza cada año premiaciones y reconocimientos a los que define como “exportadores del año”. Pero esos reconocimientos se quedan como una especie de premio de consolación y conformismo, sin concentrarse en la seriedad del problema, pues mientras unos pocos se destacan con la exportación de algunos bienes, la mayoría de los productores nacionales se han quedado atrás y la competitividad del país es cada vez menos efectiva.
Las exportaciones de República Dominicana deben analizarse en desglose y las autoridades del Gobierno y del sector privado tienen que tomarse en serio la identificación y solución de los problemas que impiden su crecimiento. Eso es todo.