Quito, Ecuador.- Abierto, simpático y conversador, Dmitry Bestuzhev, director del equipo de investigación y análisis para América Latina de la compañía anti-malware Kaspersky Lab, no tiene el perfil que de manera caprichosa le adjudican a los genios en informática.
Es ruso, estudió Matemáticas Aplicadas en una universidad en Moscú y luego se preparó como analista de seguridad, nos cuenta en un perfecto español.
“Son carreras modernas. Lamentablemente cuando estudié no había estas cosas. Hoy hay universidades que permiten estudiar carreras modernas y específicas. Pienso que estas carreras realmente tienen futuro. La gente lo que busca en estos tiempos es diversión, seguridad y salud. Cualquiera de estas carreras que uno estudie le dará trabajo”, explica Bestuzhev, cuya pasión por la investigación le llegó “más o menos a los 11 años”, cuando su mamá le regaló una computadora que, si mal no recuerda, era una XT 8086 de Intel.
“Me la dieron para romperla, y comencé a hacer experimentos que me permitieron desarrollar un espíritu de investigación. ¿Qué pasa si cojo y abro el disco duro? En lo adelante todo lo relacionaba con ¿qué pasa si…?”
En los años 90 Bestuzhev trabajó en la seguridad de la red estudiantil de su universidad y al mudarse a Ecuador en 2003 –aquí reside junto a su esposa ecuatoriana– trabajó como oficial de seguridad en un banco. Se unió a Kaspersky en 2007 como consultor técnico y desde 2008 es el investigador regional senior para América Latina.
Identidad digital
No le molesta que los periodistas lo acribillen a preguntas en los encuentros regionales que organiza su empresa. Al explicar todo con paciencia y ejemplos muy simples, Bestuzhev hace que la tecnología parezca algo sencillo.
“Me gusta este trabajo. Cuando voy al médico no quisiera que me hablara con las palabras de médico, porque no voy a entender nada. Cuando hablo con la gente también trato de explicarle con un lenguaje fácil de entender, porque si no entienden de qué sirve lo que digo”.
Entonces, ya que se vale ser francos, le preguntamos cuán alarmistas son las empresas de seguridad por sus constantes alertas con relación a los crímenes cibernéticos. ¿Exageran? Y él responde que no, que no exageran, que sí hay motivos para alarmarse porque la vida actualmente transcurre en Internet, al punto de que ya no hay diferencias entre lo digital y lo ‘normal’.
“Si nos atacan en la calle nos roban lo que cargamos en el bolsillo, pero cuando nos atacan por Internet nos roban todo, y mientras existen legislaciones apropiadas para combatir el crimen en la calle, no ocurre igual con los crímenes cibernéticos. Debemos mirar esto no solamente como algo que puede que sea peligroso, sino que nos puede traer perjuicios muy grandes”, dice.
Recuerda que el crimen más común es el robo de dinero o de las credenciales que permiten acceder al dinero de las víctimas, ya sea directamente en línea, a través de las tarjetas de crédito o de cuentas con sistemas de pago como Pay Pal.
El usuario
Desde su fundación en 1997, Kaspersky ofrece a los usuarios informaciones que les mantienen al día en temas de seguridad informática. ¿Por qué tanto interés?
“Remontémonos al tiempo cuando nació Internet. ¿Para nosotros qué era Internet? Correo electrónico. Punto. Pero hoy Internet es todo: es la red social, es el correo, es la colaboración de las empresas, son las publicaciones en línea, nuestros pagos en línea. Internet ha evolucionado de un simple correo electrónico a un ‘yo digital’. Básicamente se trata de nuestra personalidad, de un ‘yo digital’. Ya no se trata de que me robaron la contraseña, se trata de que uno podría perder toda su identidad en línea por los ataques cibernéticos”, apunta Bestuzhev.
Así lo cree porque muchos de los troyanos bancarios que roban dinero sustraen también el contenido y los archivos del disco duro. ¿Ejemplo?
“Tienes que aplicar para la visa de un país y para eso tienes que enviar tus documentos escaneados. Escaneas tu pasaporte y ¿dónde lo guardas? En el disco duro, pero no lo estás cifrando; cuando el virus infecta la computadora extrae la copia de tu pasaporte que está grabada ahí y luego alguien lo puede clonar, o utilizarlo para un fraude, para pedir un préstamo, para lo que quiera, y en este caso comprometería su identidad”.
Desafortunadamente, hay mucha información publicada en Internet y a veces el usuario no se da cuenta, advierte. “Piensas que están bajo contraseñas pero es que uno, haciendo un trabajo de investigación puede reconstruir el perfil completo de una persona con datos que ella ni siquiera sabe que están en Internet”.
Yaniris López | Listín Diario