Roma.- El “hambre oculta” ocupó un lugar destacado en un debate público sobre nutrición liderado por los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) celebrado en la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en vísperas de la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición (CIN2), que tendrá lugar en noviembre 2014.
Los participantes de los países BRICS subrayaron en sus intervenciones que la inseguridad alimentaria y la malnutrición sólo pueden resolverse con un sólido compromiso político y los recursos adecuados, garantizando que ministerios y actores no estatales trabajen en estrecha colaboración y de forma coordinada.
El diálogo sobre nutrición de los BRICS, diseñado para concienciar y estimular el debate sobre las cuestiones clave de la nutrición, sigue en unos días al acuerdo alcanzado entre los países miembros de la FAO y la Organización Mundial de la Salud (OMS), plasmado en una declaración y un marco voluntario de acción con 60 recomendaciones de políticas destinadas a garantizar que las personas de todo el mundo tengan acceso a una alimentación más saludable. Se espera que la CIN2 apruebe este marco en noviembre.
En su discurso de apertura del evento, Jomo Kwame Sundaram, director general adjunto de la FAO y coordinador para el Desarrollo Económico y Social, describió “las tres caras de la malnutrición”: el desafío persistente de hambre, con un insuficiente aporte calórico, el “hambre oculta” o deficiencia de micronutrientes (minerales y vitaminas), y las enfermedades no transmisibles relacionadas con la dieta que a menudo se asocian con la obesidad.
Jomo hizo hincapié en la necesidad de un compromiso político al más alto nivel y de “enfoques completos e integrados” pero hacerlo “dentro de un marco lo suficientemente flexible para reconocer diferentes prioridades nacionales”. La CIN2 pondrá énfasis en el papel central de los sistemas alimentarios, en especial la producción y el consumo sostenible de alimentos, para garantizar el acceso a una alimentación sana, equilibrada y diversificada para todos.
Aunque se ha producido un notable descenso en el número de personas que sufren hambre desde 1992, se calcula que al menos 2,000 millones de personas padecen de una u otra forma de carencia de micronutrientes. Otros 500 millones son obesos. La malnutrición no sólo impide que las personas alcancen su pleno potencial humano, sino que reduce el bienestar económico mundial en alrededor del cinco por ciento, según algunas estimaciones.
Al explicar de la experiencia de Brasil, Pedro Braga Arcuri, oficial de enlace de las Entidades Multilaterales, Regionales y Nacionales de la Corporación de Investigación Agrícola de Brasil (Embrapa), y Eduardo Nilson, Asesor Técnico de Nutrición del Ministerio Brasileño de Salud, señalaron las estrategias centrales del proyecto Hambre Cero y los esfuerzos del país para establecer la salud y la nutrición como un derecho humano.
“El enfoque interdisciplinario ha sido siempre crucial para nosotros”, aseguró Nilson, quien destacó la importancia de combinar diversas políticas entre los distintos sectores y crear asociaciones diferentes para hacer frente al hambre y la desnutrición. “(Hambre Cero) ha atraído la atención mundial al ver estos problemas desde una época temprana”.
En esta misma línea se expresó Oleg Kobiatov, Representante Permanente Alterno de la Federación de Rusia ante los organismos de la ONU con sede en Roma, subrayando que “la protección social es un elemento importante en el logro de una mejor nutrición para todos”. Explicó que para ello Rusia está implementando programas nacionales de ayuda alimentaria selectiva, incluyendo a madres y poblaciones vulnerables, siguiendo el modelo de las intervenciones exitosas de otros países.
Al analizar los esfuerzos de su país para combatir la desnutrición infantil, Vimlendra Sharan, Representante Permanente Alterno de la India ante los Organismos de la ONU con sede en Roma, admitió con franqueza estar orgulloso de muchos de los recientes éxitos económicos y tecnológicos de la India -incluyendo la misión Mars de este año-, pero que ello contrasta con la tristeza de tener una de las tasas de malnutrición más altas del mundo.
Para combatir con éxito la malnutrición, Sharan subrayó la importancia de los programas gubernamentales que acaban con compartimentos estancos y crean vínculos multisectoriales horizontales. “Lo ideal sería –añadió- que el mundo no necesitara una CIN3, pero si tiene lugar, espero que sea sólo para celebrar la erradicación del hambre y la malnutrición”.
Xia Jingyuan, representante permanente de la República Popular China ante los organismos de la ONU con sede en Roma, subrayó el objetivo de China de ser autosuficiente en la producción de alimentos básicos, al tiempo que reafirmó el compromiso del país de compartir tecnologías con los países en desarrollo. “Contar con alimentos para todos es un derecho humano básico”, dijo, añadiendo que “es la base de todos los derechos humanos”.
Lynn Moeng-Mahlangu, directora jefe de Promoción de la Salud, la Nutrición y la Salud bucodental en el Departamento de Salud de Sudáfrica, repasó los retos actuales del país para hacer frente al aumento del retraso en el crecimiento y la obesidad, y destacó la importancia de la creación de sistemas y políticas que galvanicen el apoyo de todos los departamentos gubernamentales, incluyendo agricultura y la salud. “Si no establecemos los sistemas necesarios, no podemos resolver estos problemas”, dijo
La Declaración y Marco de Acción de la CIN2 reconocen que la malnutrición en todas sus formas -incluyendo subalimentación, deficiencias de micronutrientes, sobrepeso y obesidad-, no sólo afecta a la salud y el bienestar de las personas, sino que también plantea una carga en forma de consecuencias sociales y económicas negativas para los individuos, familias, comunidades y Estados.
El diálogo final de la CIN2 estará dirigido por el grupo de países del G77 el 30 de octubre. El primer estuvo liderado por Nancy Stetson, representante especial de Estados Unidos para la Seguridad Alimentaria Mundial.