La palabra Fintech es un término compuesto que proviene del inglés y que sale de unir la primera sílaba de las palabras “finance” y “technology.” Este concepto describe a todas aquellas empresas de servicios financieros que utilizan tecnología de punta para ofrecer productos y servicios financieros que van más allá de la banca tradicional.
Las empresas Fintech se dedican a ofrecer productos y servicios en múltiples renglones, entre los que se destacan la transferencia de fondos, préstamos, compras y ventas de títulos-valores y el asesoramiento financiero y de inversiones, siempre utilizando la tecnología, y en particular, el Internet, para ofrecer estos servicios.
En República Dominicana, el Fintech ya es un concepto que se encuentra utilizado en la práctica, pero que no es objeto de regulación particular. A pesar de que la supervisión en materia financiera es robusta, se debe considerar establecer una normativa respecto al Fintech, tal como se ha hecho en otros países latinoamericanos.
A título de ejemplo, el pasado 1 de marzo, se aprobó en México la “Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera”, la cual sitúa a ese país en la vanguardia de la regulación financiera en Latinoamérica. Dicha ley regula las plataformas denominadas como “Instituciones de Tecnología Financiera (ITFs)”.
Las ITFs son plataformas a través de las cuales se realizan operaciones y se proveen servicios financieros como el pago electrónico, acceso a préstamos y otros métodos de financiamiento y el uso de activos virtuales (tanto moneda de curso legal como “criptomonedas”, como el bitcóin) en dichas operaciones.
La ley mexicana establece dos clases: (1) la Instituciones de Fondos de Pago Electrónico, que son plataformas mediante la cual se ofrecen servicios de emisión, administración, redención y transmisión de fondos de pago electrónico, y (2) las Instituciones de Financiamiento Colectivo, que son aquellas plataformas que se dedican a entrelazar al público e inversionistas interesadas en participar en esquemas de inversión en renta fija (deuda) o capital de una sociedad, con los solicitantes, brindando así acceso a nuevas fuentes de financiamiento a segmentos de la población que no cuentan con acceso a las entidades financieras tradicionales.
Establecer un marco regulatorio para una novedosa herramienta de inclusión financiera sería muy positivo para República Dominicana. Las dos nuevas figuras establecidas en México pueden tener el efecto de introducir al mercado financiero a nuevos participantes, así como ofrecer novedosas operaciones que tendrán por efecto de brindar una mayor gama de opciones para la inversión y el crecimiento.