Cuando una tormenta o huracán golpea un territorio como la isla Santo Domingo, provoca daños que muchas veces son irreparables. Los arrecifes de coral tienen varias funciones, incluyendo la de proteger las costas de los convulsos fenómenos marinos que son impulsados por inestabilidad en el clima.
Al valor ecológico de los arrecifes de coral, como cuna de la vida marina, se suma su importancia como barrera para preservar el complejo equilibrio de las hermosas playas de arena blanca que atraen al país casi 6.2 millones de visitantes extranjeros cada año, como parte de una industria turística que en 2017 aportó US$7,177.5 millones.
La salud y ubicación de la barrera coralina en el Santuario Marino Arrecifes del Sureste, que se extiende desde Cabo Engaño hasta la desembocadura del Río Higuamo, en San Pedro de Macorís, será evaluada por expertos en biología marina.
Los investigadores buscan crear el primer mapa de alta resolución de arrecifes de coral del Caribe. Para tomar las imágenes utilizará el Carnegie Airborne Observatory, un avión con tecnología avanzada que permite mapear el fondo marino.
“Las playas y los arrecifes de coral son un recurso para el turismo, que significa negocio. Entonces, proteger los arrecifes de coral para nosotros significa proteger nuestro negocio”, asegura Jake Kheel, vicepresidente de la fundación Grupo Puntacana, al ponderar la importancia del proyecto.
La iniciativa cuenta con el apoyo de las instituciones que conforman la Red Arrecifal Dominicana, Fundación Grupo Puntacana, Fundación Propagas, The Nature Conservancy, Reef Check Dominicana y el Consejo Dominicano de Pesca y Acuicultura (Codopesca).

Además, la Fundación Dominicana de Estudios Marinos (Fundemar), la Asociación de Hoteles y Restaurantes (Asonahores) y el Clúster Turístico La Romana-Bayahíbe han proporcionado soporte técnico en la toma de muestras de corales y los vuelos del Carnegie Airborne Observatory.
“Este mapa va a permitir tener una planificación más acertada de la conservación de las costas del país. Busca sumar esfuerzos haciendo un levantamiento de información. Los beneficios que brindan los corales son para todos: alimento, recreación y protección frente a los huracanes y eventos climáticos”, destaca Francisco Núñez, director de The Nature Conservancy para las Antillas Mayores.
El proyecto, cuya inversión supera los US$1.5 millones, cubrirá todas las islas del Caribe, para lo que utilizarán imágenes satelitales.
Datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente señalan que el Caribe cuenta con 26,000 kilómetros cuadrados de superficie de arrecifes de coral, que representa un estimado del 7% de los arrecifes de coral de aguas someras del mundo. Durante las últimas décadas los arrecifes del Caribe evolucionan de un estado dominado por corales hacia uno dominado por las algas.
“En todo el mundo los arrecifes están en estado de degradación. Pero más importante que el problema que afecta a los arrecifes de coral, es su importancia a nivel mundial”, afirma Joseph Pollock, director de estrategias de Arrecifes de Coral en el Caribe.
Para construir el espectrómetro, principal equipo que utiliza el laboratorio aéreo para el mapeo de los arrecifes, tardaron tres años. La Nasa posee una réplica de ese instrumento.
Esa tecnología significa un avance de décadas de trabajo. El análisis realizado por buceadores tarda más tiempo, porque cubren menos de 1,000 pies cuadrados de arrecifes por inmersión y solo pueden hacer varios buceos al día. “Sin embargo, con ese avión en dos semanas vamos a producir una resolución mucho más detallada en menos tiempo”, explicó Jake Kheel, vicepresidente de la Fundación Grupo Puntacana.
Innovación marina
Desde hace dos años, el Centro de Innovación Marina de la Fundación Grupo Puntacana utiliza una nueva técnica denominada micro fragmentación para restaurar corales dañados.
Víctor Galván, gerente de proyectos de innovaciones, explicó que la técnica consiste en retirar el esqueleto y dejar solo la parte del animal vivo.
Añaden una superficie artificial, que son los discos de cerámica, y los corales empiezan a crecer. “Con esa técnica lo podemos hacer crecer hasta 400 veces más grandes. Todo depende del coral y de las condiciones del laboratorio”.