Según la Corporación Andina de Fomento (CAF), invertir en el turismo es una buena herramienta de política económica inclusiva, sobre todo porque impacta positivamente la sostenibilidad social, cultural y medioambiental de aquellas regiones en donde esto se produce. Adicionalmente, el desarrollo de una infraestructura turística adecuada, con un soporte de servicios y actividades de recreación, unido a la generación de capacidades para la prestación de servicios turísticos de calidad, puede ser una diferencia vital en el camino hacia la disminución de la pobreza en determinados lugares.
República Dominicana, aprovechando su posición geográfica, sus hermosas playas y cocoteros, y la bondad y calidez de su gente, ha venido implementando políticas públicas para impulsar a este importante sector de la economía y, al mismo tiempo, promover la inversión privada. Así, hemos visto la expansión de Bávaro y Punta Cana, y su imagen de destino turístico de calidad, la sostenibilidad en el tiempo del proyecto Casa de Campo en La Romana y el relanzamiento de Puerto Plata como principal receptor de cruceros.
En el marco de la visión del turismo como un eje de desarrollo, el gobierno dominicano estableció la ambiciosa meta de atraer 10 millones de turistas al país, con lo cual se espera también recibir divisas y elevar la demanda de consumo de bienes relacionados y, al mismo tiempo, provocar que determinados sectores productivos vinculados a esta actividad económica, puedan también expandirse y crecer. A nivel de la ciudad de Santo Domingo, la principal receptora de los turistas que llegan al país, está teniendo lugar el proyecto de remodelación de la Zona Colonial, lo cual ha reactivado y dado vida nueva al casco antiguo. Loable esfuerzo del BID y de las organizaciones de esta zona.
Pero, como en todo, los dominicanos nos perdemos en los detalles, en las cosas pequeñas que te llevan a lo grande. Cada domingo en la tarde, se celebra en la Zona Colonial una actividad turística que pasa desapercibida para las autoridades de ese sector, y que se ha convertido en un símbolo dominical, tanto para sus organizadores como para los turistas, nacionales y extranjeros, que visitan el lugar. Se trata de Bonyé que, de grupo musical se ha convertido en una referencia turística que pudiera ser aprovechada para generar una Marca-País fácil de vender. Y, como dije, esas pequeñas cosas son las que conducen a la competitividad y que darían a la Zona Colonial sostenibilidad hacia futuro. En Bonyé confluyen la cultura, el medio ambiente, la economía, y en donde las penas del lunes se anticipan con un buen son y un mejor trago.