Santo Domingo.- El empresario Juan Bautista Vicini declaró que se están ideando proyectos para crear una base que sirva de soporte para que el desarrollo del mercado fronterizo sea viable y sostenible.
Vinici dijo que la frontera dominico-haitiana necesita de infraestructura e inversión para impulsar el comercio fronterizo, ya que Haití es el segundo mayor socio comercial del país.
Declaró que cada año el comercio con Haití significan hasta US$1,500 millones para República Dominicana por las exportaciones y entre US$500 y US$600 millones en el intercambio que se da en el mercado binacional los días viernes y lunes en los puntos fronterizos.
“El mercado fronterizo es un comercio al que se puede llegar hasta caminando, es imposible desahuciarlo; se necesita de inversión para comercializar en esa zona”, expresó Vicini.
El presidente VICINI habló durante la celebración del Foro Binacional que auspicia la Unión Europea (UE) y la Organizaciones de las Naciones Unidas (ONU), el cual busca que empresarios dominicanos y haitianos implementen actividades conjuntas para el desarrollo de un mercado fronterizo factible.
Indicó que hasta el momento solo tienen restricciones los productos plásticos debido a reglamentaciones internas respecto a la recogida de basura, sin embargo, los pollos se comercializan con total normalidad.
El empresario reveló que dentro de los principales proyectos para desarrollar el comercio en la frontera está la creación de infraestructura, construcción de una carretera para conectar los puntos Norte-Sur, zonas francas e instalaciones industriales.
Asimismo, manifestó que el sector empresarial dominicano está cubriendo los estudios de mercado que permitirán conocer las necesidades de la frontera dominicano-haitiana para el desarrollo de un comercio fronterizo.
Vicini explicó que en la frontera hay un mercado pasivo que no ha sido explotado por el país, y que hasta el momento no se rige por medidas comerciales, ni tiene apoyo empresarial.
A su entender, con una frontera comercial fuerte, robusta y con una infraestructura sólida, ambos países estarán en un punto medio para normalizar las diferencias macroeconómicas.