La ministra de Hacienda española, María Jesús Montero, propuso este jueves un impuesto del 3% para las grandes tecnológicas, la denominada tasa Google, que gravaría la publicidad, la venta de datos de los ciudadanos y las transacciones entre los particulares y el comercio.
Tras comparecer en el Senado, la socialista Montero especificó a la prensa que este gravamen va dirigido a empresas digitales en el negocio de la compra, la hostelería y algunos transportes y afectará a las multinacionales tecnológicas con una facturación superior a 750 millones de euros en el mundo y tres millones en España.
La intención del Gobierno es trasponer la propuesta de la Comisión Europea, que el pasado marzo propuso introducir un impuesto del 3% sobre la facturación de las grandes empresas digitales para gravar sus actividades allí dónde generan valor y atajar las prácticas que les permiten reducir al mínimo su contribución a las arcas públicas europeas.
No obstante, para la creación de ese impuesto hace falta unanimidad entre los países miembros de la Unión Europea (UE) y aún no se ha conseguido.
Para aprobar este impuesto en el Parlamento español, el Ejecutivo socialista necesita el apoyo de otras fuerzas políticas, ya que su partido solo cuenta con 84 escaños de los 350 que componen el Congreso de los Diputados.
La intención de Montero es que esa proposición de ley se tramite al mismo tiempo que los presupuestos generales para 2019, que el Gobierno también está negociando y prevé presentar en noviembre.
La ministra resaltó que este nuevo impuesto no va dirigido a una empresa particular, sino a gravar unas actividades que hay en las redes y que son denunciadas por los sectores tradicionales al no tener una fiscalidad adecuada.