[dropcap]E[/dropcap]ste 17 de diciembre de 2014 será recordado como un día trascendental. Los libros de historia que se impriman a partir de este momento deberán actualizar mucha información. El impacto que tiene y tendrá el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba repercute en todo: salud, turismo, comercio, cultura, tecnología, política y en muchas cosas más. República Dominicana debe estar al tanto y atenta.
Los 53 años de bloqueo a Cuba por parte de Estados Unidos dejaron ver muchas cosas. El presidente Barack Obama admitió, parafraseando a Albert Einstein, que “No podemos seguir haciendo lo mismo y esperar obtener un resultado diferente”.
¿Qué dejaron ver los mandatarios estadounidense y cubano en sus alocuciones? ¿Cómo se puede interpretar el escenario escogido por cada uno desde el punto de vista filosófico? ¿Qué aspectos son notorios en las expresiones de ambos presidentes? ¿Cuáles elementos hablan por sí solos de las condiciones sociales, económicas, políticas, culturales, tecnológicas y hasta humanas de ambas naciones? ¿Por qué Raúl Castro no tenía la bandera cubana a su lado y Barack Obama sí? Son muchos los elementos que, pasados por alto o no, deben analizarse detalladamente porque tienen algún significado.
El presidente de Estados Unidos se dirigió al mundo de pies, lo que podría interpretarse como una muestra de fortaleza no sólo de él desde el punto de vista humano, sino de su país. El hecho de echar para atrás lo que por más de medio siglo había sido la política exterior hacia Cuba, no debe significar, de ningún modo, que se reconoce el error explícito.
Raúl Castro se dirigió al mundo sentado, en un sillón acolchado característico de personas que necesitan estar más cómodos por problemas de salud. Ciertamente el hecho de estar en esa posición es una señal, implícita o no, de que los 53 años de bloqueo sí provocaron daños económicos a Cuba. El régimen, que durante tantos años había pedido el cese del bloqueo, terminó sentado agradeciendo la decisión de Estados Unidos y con un discurso muy diferente a lo que se escuchaba. No hay duda que hubo consenso en las disertaciones de ambos mandatarios en los encuentros secretos en Canadá.
Obama estuvo escoltado por la bandera de su país a la derecha y la otra bandera del escudo estadounidense a su izquierda. Esto demuestra que los asesores estratégicos de comunicación de la Casa Blanca sí funcionaron correctamente y no perdieron de vista el significado de estos dos símbolos.
Castro tenía como compañías a seis retratos viejos y un caballo con jinete levantando una pequeñísima bandera cubana. Entre las desgastadas fotos se destacaron, adheridas al panel de madera, las del primer presidente en armas de Cuba, Carlos Manuel Perfecto del Carmen de Céspedes y López del Castillo, la del prócer José Martí y la del héroe Máximo Gómez. No parecía mostrar con orgullo la enseña, pues quedó a su espalda. Además, el tamaño no ayudaba a identificarla como tal. Los asesores de comunicación del gobierno cubano no tomaron en cuenta este elemento, el cual tiene un significado de primer orden en cuestiones de Estado.
Algo que quedó evidenciado en las alocuciones de ambos presidentes fue el rezago de uno y los avances del otro en materia tecnológica. Mientras Barack Obama leía su discurso en un teleprompter, Raúl Castro lo hizo directamente del papel sacado de la impresora de su oficina. Este punto no sólo deja establecido que hay grandes deficiencias en materia tecnológica, sino que el presidente cubano no está o estuvo entrenado para esta oportunidad histórica.
Las cinco estrellas del presidente cubano, pegadas en traje verde olivo de general, adornado con otras insignias, contrastaba con el azul del elegante atuendo de Obama que, además de hacer combinación perfecta con uno de los colores de su país, mostró a un presidente moderno y bien vestido para la ocasión. Castro parecía que había grabado ese discurso en la década de los 60.
[pullquote]Obama estuvo escoltado por la bandera de su país a la derecha y la otra bandera del escudo estadounidense a su izquierda. Esto demuestra que los asesores estratégicos de comunicación de la Casa Blanca sí funcionaron correctamente y no perdieron de vista el significado de estos dos símbolos.[/pullquote]
Además del detalle de los micrófonos, que jamás se vieron en el discurso del presidente cubano, en el caso de Obama se notó que son de última generación, de color negro y perfectamente colocados sobre el pódium de la Casa Blanca.
En cuanto a la lectura, quizá atacado por los 83 años que lleva encima, Raúl Castro se notó con deficiencias y hasta con titubeos en algunos tramos. Obama, que ni siquiera estaba nacido cuando triunfó la Revolución Cubana en 1959, mostró un dominio escénico que lo colocaron por encima en todos los aspectos.
El mensaje iconográfico en estos discursos no dejó dudas que había llegado la hora del reencuentro. Y no se trata de que esta nueva postura de Estados Unidos sea estratégica para seguir debilitando a otros países en materia económica, sino que ya los tiempos son muy diferentes. La calidad en la imagen de la televisión habló por sí sola.
Los cambios que vienen en Cuba demostrarán que el bloqueo, en vez de debilitar el orgullo del gobierno y hacerlo caer, ayudó a buscar apoyo de otros países antagonistas. Obviamente, no se puede olvidar que la Guerra Fría fue un factor que ayudó bastante al sostenimiento del régimen comunista-socialista de los hermanos Castro.
Ahora corresponde brindar por el bienestar de ambos pueblos. ¡Enhorabuena!