Santo Domingo.- El comportamiento de la economía dominicana durante el recién finalizado 2014 fue positivo. Un crecimiento de 7.1% del producto interno bruto (PIB) y una inflación de 1.58%, la segunda más baja de la región, son motivos para celebrar. Bueno, no para todos, si se toma en cuenta que hay aspectos que pudieran beneficiar a la mayoría, pero que están amarrados o condicionados a las cifras macroeconómicas.
Un aumento de salarios, que debe discutirse cada dos años según la legislación, no se hará en el nivel esperado y reclamado por los trabajadores, pues la inflación acumulada durante 2013 (3.88%) y 2014 (1.58%) apenas llega al 5.46%. Queda claro que de cumplirse la ley, los empresarios no aumentarán mucho más de ahí. Aquí hay más trabajo para el Consejo Nacional de la Unidad Sindical (CNUS), liderada por Rafael –Pepe- Abreu, y los demás representantes de los obreros.
Otro punto que quedó explícitamente perjudicado e inaplicable, tomando en cuenta las cifras del Informe Preliminar de la Economía Dominicana de 2014, es la reducción de dos puntos porcentuales a la tasa del Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS), que pasaría de 18% a 16%. Esta promesa “legal” fue echada al vacío por diversas razones, entre las que están el crecimiento de 7.1% del PIB, pues aleja la posibilidad de que la relación presión tributaria-PIB estuviera en la meta.
Lo anterior fue sólo una de las cosas positivas que prometió la Ley 253-12, para el Fortalecimiento de la Capacidad Recaudatoria del Estado para la Sostenibilidad Fiscal y el Desarrollo Sostenible. Tumbarle dos puntos al ITBIS, sin antes analizar que estaba amarrado a una meta, pasó como una de las promesas más importantes de la reforma. Mientras más crece el PIB será más difícil lograr que le presión tributaria llegue o pase de 16%.
[pullquote]La reducción contemplada en la parte capital de este artículo se aplicará en la medida que permita alcanzar y mantener la meta de presión tributaria al año 2015 (16%), conforme lo establece el indicador 3.25, del artículo 26 de la Ley 01-12″[/pullquote]
La parte no muy agradable la representa la inclusión de productos de consumo masivo a la base imponible, comenzando con un 8% en 2013 y luego aumentar a 11% (2014), 13% (2015) y 16% de 2016 en adelante. Con esta aplicación escalonada de porcentajes de ITBIS a estos nuevos artículos (Derivados lácteos, café, grasas animales o vegetales comestibles, azúcares y cacao o chocolates), la ley en sí aplica una reforma fiscal anual sin necesidad de ir al Congreso.
El ministro administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, estuvo en lo cierto cuando “prometió” que no habría más reformas fiscales durante la administración de Danilo Medina. Quedó claro que la Ley 253-12 fue en sí una reforma escalonada del sistema impositivo dominicano, cubriendo al gobierno por cuatro años.
“La reducción contemplada en la parte capital de este artículo se aplicará en la medida que permita alcanzar y mantener la meta de presión tributaria al año 2015 (16%), conforme lo establece el indicador 3.25, del artículo 26 de la Ley 01-12, de la Estrategia Nacional de Desarrollo”, establece el párrafo 1 del artículo 23 de la Ley 253-12.
La Dirección General de Impuestos Internos (DGII) confirmó, y lo hizo desde finales de 2014, que la presión tributaria (ingresos tributarios como porcentaje del PIB) no pasaría de 14.7%, utilizando datos del Ministerio de Economía. Aclaró, además, que las cifras aún no estaban disponibles.
La conclusión, que deberá servir para las discusiones salariales que se acercan, es que las estadísticas del Banco Central echaron por el suelo cualquier anhelo de un aumento salarial más allá de las aspiraciones de los trabajadores, lo que muy seguro pondrá feliz a los representantes de los empleadores a través de la Confederación Patronal Dominicana (Copardom).
La meta del déficit con relación al PIB, a juzgar por lo que sucedió en el primer año de aplicación, no será lograda jamás. Es el juego del perro que da vueltas y vueltas tras su cola: jamás logrará alcanzarla. Esto deja claro que será imposible que alguna vez se desmonte el ITBIS de 18% a 16% como lo propone la Ley de Reforma Fiscal.
Además, al momento de la reforma se pasó por alto negociar un aumento salarial que pudiera compensar los incrementos que por ley experimentarían los precios de los productos de primera necesidad.