El especialista financiero líder del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Joan Prats Cabrera, recomendó que, al momento de negociar el financiamiento de una alianza pública privada (APP), ambos sectores asuman los riesgos que puedan gestionar.
“En la parte del financiamiento, también creemos que el desarrollo de instrumentos tiene que ir destinado a garantizar que entre el sector público y el sector privado cada uno asuma el riesgo que está en mejor capacidad de gestionar”, afirmó.
Durante el showcase de proyectos APP del BID, Prats Cabrera indicó que los principales riesgos a los que se enfrentan los financiamientos a las APPs son el de crédito y de mercado, que, “desde el punto de vista regulatorio, además enfrentan la dificultad creciente que imponen las normativas más estrictas que, de alguna manera, dificultan el financiamiento a largo plazo”.
En su intervención en el PPP Américas 2019, el especialista destacó que las inversiones en APPs también se enfrentan a riesgos específicos que están “relacionados con el ciclo de vida de las infraestructuras y el crédito”.
Señaló que la banca cuenta con la asistencia técnica y los instrumentos de préstamo y garantía para mitigar los riesgos en una alianza. “Estos instrumentos se complementan entre sí para apoyar los proyectos APPs de madera muy adecuada durante su estructuración”.
Prats Cabrera dijo que existen herramientas para “las economías o los países que están empezando a impulsar proyectos APPs, que no son bien conocidos en los mercados”. Resaltó que estos Estados deben ofrecer “credibilidad” a los inversionistas.
Banca pública
La perspectiva general es que dentro de la financiación de las APPs, el 60% sea bancario y un tercio sea a través de la banca pública. “Una perspectiva importante es cómo hacer que la banca pública trabaje para conseguir la movilización de recursos cada vez más del sector privado”, afirmó.
Sobre lo que puede poner la banca pública a disposición del sector financiero privado y de la gestión del riesgo, señaló como alternativa proponer la “gestión del largo plazo y de la volatilidad de los tipos de interés y del mercado en general”.
Además, recomendó “poner su rating soberano y a funcionar su capacidad de internalizar en el largo plazo las externalidades tecnológicas, medioambientales o sociales, que no puede hacer el sector privado”.
Exhortó, también, que el “refinanciamiento esté garantizado a unos umbrales y a unos precios manejables, para que eso no sea un inhibidor de la bancabilidad de los proyectos y permita que el sector financiero privado desarrolle lo que mejor sabe hacer, que es gestionar los riesgos, levantar proyectos en el corto plazo y en el más largo plazo pueda actuar la banca pública”.