Es un tema delicado. Lo bueno y lo malo de los héroes es intrínseco a su gente, a los que les admiran. Fuera de Hollywood, los seres humanos admirados son de carne y hueso, lo que significa que también llevan consigo las debilidades propias de la raza humana.
El asunto está en cómo definir y aplicar un plan de manejo de crisis cuando lo que está en juego es el mismo héroe y el país. ¿A quién defender? ¿A cuál sacrificar? ¿La verdad verdadera es lo que debe aplicarse a pesar de los pesares?
Este tipo de situaciones cobra mayor importancia cuando una de las principales actividades económicas es el turismo, el cual depende de la percepción que tengan los mercados emisores del destino de vacaciones.
Pero no está demás referir que resulta muchísimo más incómodo hablar del tema, porque se trata de reputación, cuando la obnubilación es generalizada. Y punto.