El precio promedio del barril de petróleo se estimó en US$62.9 para este año. En el primer trimestre ya estaba por encima, a US$64.75, pero 6.65% menos caro que en el mismo período de 2018, que cerró el período en US$69.39. Son buenas y malas noticias.
Por un lado se está demostrando que el cálculo promedio aplicado para el Presupuesto de este año fue subestimado, pero por el otro está por debajo en su cotización respecto al año pasado. De todos modos, hay un problema de fondo que debe ser enfrentado con seriedad por las autoridades.
Subestimar en economía puede ser muy costoso y más en una economía que carece de margen para sortear situaciones difíciles.
Como establece el Presupuesto, la economía dominicana es vulnerable a cambios drásticos en los precios internacionales de los bienes primarios, principalmente los del petróleo y oro.
En lo que va de 2019, por suerte, el país no ha tenido grandes sobresaltos. En las últimas semanas, de hecho, el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes ha mantenido los precios sin variación, bajando un poco la presión a la economía que, de por sí, ha estado rezagada. Las medidas de corte monetario adoptadas en los últimos dos meses son un indicativo de que las autoridades están preocupadas por el lento desenvolvimiento de la actividad económica.
Es oportuno resaltar que en enero-junio 2018 el precio promedio del petróleo WTI se ubicó en US$65.46 por barril, un incremento de 30.9% respecto al mismo período de 2017 y por encima de lo previsto en el Presupuesto del Estado de 2018, de US$49.2. El precio del petróleo repuntó alcanzando los US$67.87 por barril en junio de 2018, un incremento de 50.2% con respecto al mismo mes de 2017.
Si bien el año ya entró en la segunda mitad y el precio del petróleo, aunque un poco por encima ha dado un alivio o respiro al país, es una variable que debe ser vigilada muy de cerca por las autoridades. La variable Transporte, que dentro del índice de precios al consumidor (IPC) tiene una alta ponderación, depende en casi todas sus partes de lo que sucede con los combustibles. Por suerte, y hay que repetirlo, ha habido un ligero alivio porque no ha habido sorpresas desagradables o que no se puedan manejar.