[dropcap]“[/dropcap]Si tu sueño era lo suficientemente grande y tenías las agallas para ir tras él, era posible amasar una verdadera fortuna”. El hombre con esas ambiciones era el Charles Howard de Seabiscuit, interpretado convincentemente por Jeff Bridges, veterano actor con una carrera prolífica en Hollywood.
Bridges representa a un típico hombre norteamericano que desde la nada amasa una fortuna gracias a su visión y habilidades, en este filme dirigido por Gary Ross, que obtuvo 7 nominaciones a los premios Oscar de la Academia de Hollywood en el 2004, incluyendo la de Mejor Película.
La historia recrea el ascenso económico de Charles Howard, quien no solo cae en un precipicio emocional tras la inesperada muerte de su hijo Jackie, cuando apenas era un niño, sino que también ve su fortuna desvanecerse como a muchos que lo perdieron todo por el crash en la Bolsa de Wall Street -episodio que también tratamos en el comentario de Cinderella Man-.
“No hubo suicidios ese día en Wall Street, es un mito que creció con el tiempo. El verdadero efecto del 29 de octubre de 1929 tardó un poco más en manifestarse. Para el mediodía, todo lo ganado durante el año anterior se había perdido. Para las 4:00 de la tarde, se perdieron US$10,000 millones en valores de mercado. Dos semanas después, la caída continuaba, y pronto, el 25% de la fuerza laboral estaba desempleada”, destacan las líneas que describen las imágenes en blanco y negro insertadas en esta estupenda historia cinematográfica del 2003.
A partir de esa catástrofe económica, se inició una gran migración nacional. Las familias tomaron carreteras con sus últimas pertenencias cargadas en el automóvil que se fabricaba en masas gracias a la inventiva de John Ford.
Charles Howard lo perdió todo, incluso su familia. En las mismas, estaba Red Pollard (Tobey Maguire), abandonado por sus padres, convertido en jockey por su pasión por los caballos, un sobreviviente fuertemente golpeado por las penurias económicas.
El trío de almas sin horizontes se completa con Tom Smith (Chris Cooper). De esta manera convergen el empresario Charles, el jockey Red y el entrenador Tom, quienes se apoyaron en un ejemplar caballo de carrera que hicieron llamar Seabiscuit, la llama que motorizó nuevamente la felicidad en estas tres personas, pero que además revivió una época de bonanza y grandes satisfacciones.
La película ambienta su historia a partir del 1910, pasa por el crash de 1929 y, naturalmente, dibuja los conflictivos años 30 de la Ley Seca, obviando los estragos de la mafia que tuvo una época dorada durante la prohibición del alcohol, en buena medida.
Seabiscuit es una película inspiradora, que se ganó a pulso sus 7 nominaciones al Oscar, gracias a su belleza no solo cinematográfica, sino a un guión sólido que rinde culto al espectacular pasatiempo de las carreras de caballo, tema que ocupa casi dos horas de la producción.
Gary Ross
Escritor, actor y director norteamericano nacido el 3 de noviembre en 1956, en Los Ángeles, California. Además de esta celebrada película, se cuentan en su filmografía Los juegos del hambre (The Hunger Games) y Pleasantvill y Big. Como guionista, su impronta se manifiesta con elegancia e inspiración en Seabiscuit, por ejemplo.
FICHA TÉCNICA
Director: Gary Ross.
Guión: Gary Ross sobre el libro de Laura Hillenbrand.
Intérpretes: Jeff Bridges, Tobey Maguire, Elizabeth Banks, Chris Cooper, David McCullough, Paul Vincent O’Connor y Michael Ensign.
País: Estados Unidos.
Año: 2003.
Duración: 2 horas y 20 minutos.