En su reunión de política monetaria de agosto de 2020, el Banco Central (BC) dispuso la reducción en 50 puntos básicos de su tasa de interés de política monetaria, pasando de 3.50% a 3.00% anual. De entrada, es pertinente resaltar que no existe un precedente, por lo menos durante los últimos 40 años, en que el país registrara tasas tan bajas.
La única lógica de este contexto de tasas tan bajas, siguiendo lo que ha sucedido en otras naciones que buscan motorizar los sectores productivos, es el efecto que ha causado la pandemia del covid-19 en la economía. Nada, ni siquiera la crisis financiera de 2008, generó tanta incertidumbre respecto a la recuperación económica.
Los pronósticos respecto al comportamiento del producto interno bruto (PIB) en lo que resta de año no son alentadores. Las autoridades, al parecer, se conforman hasta un -4% de crecimiento, tomando en cuenta que las predicciones no son positivas. Sin embargo, hay una realidad que sigue demostrándose con esta nueva crisis económica: la política monetaria siempre sale en defensa del crecimiento, en este caso en busca de amainar el golpe que el coronavirus le da a la economía.
Es un deber reconocer el esfuerzo que realizan las autoridades monetarias por evitar el colapso de la economía, cuyos resultados indican que retrocedió -8.5%, aunque cabe destacar que durante los primeros dos meses del año el país se encontraba en una posición cíclica favorable, con un crecimiento promedio en torno a su nivel potencial de 5.0%.
El compromiso que tienen las nuevas autoridades del Gobierno central, cuya asunción al poder se da en medio de la peor crisis económica de los últimos 100 años, es mejorar la calidad del gasto, a fin de evitar que el endeudamiento que habrá de tomar el país, inevitable ahora en un contexto de pandemia y de necesidad para mantener los programas sociales, sea realmente el adecuado.
En un esfuerzo adicional, las autoridades monetarias decidieron estrechar el corredor de tasas de interés, al disminuir la tasa de interés de la facilidad permanente de expansión de liquidez (Repos a 1 día) de 4.50 % a 3.50 % anual, mientras que la tasa de interés de depósitos remunerados (Overnight) se mantiene en 2.50 % anual. Con esta decisión, el corredor de las facilidades permanentes de liquidez del Banco Central tendrá un rango de ± 50 puntos básicos con respecto a la tasa de política monetaria.
Hace mucho que la economía espera que su comportamiento no dependa tanto de las decisiones de corte monetario y que, al fin, sean las actividades productivas y exportadoras, sin tanta dependencia, las que realmente sustenten el crecimiento. ¿Y qué hablar del endeudamiento? Todo indica que hay que reencausar muchas de las decisiones tomadas para mantener a flote la economía.