[dropcap]H[/dropcap]ablar sobre ética en los negocios es referirse al “activo financiero” más imprescindible de una empresa. La carencia de este aliado invisible, sin importar el nivel organizacional o de autoridad en que se manifieste, podría ser causante de catástrofes que destruirían el patrimonio y esfuerzo de toda una vida.
Las empresas son algo más que un negocio; son un conjunto de personas con un objetivo común y benéfico para la sociedad. Los negocios carentes de códigos éticos fracasan. Ejemplos precisos son la empresa de energía estadounidense ENRON Corporation y la compañía de consultoría y auditoría Arthur Andersen.
Ambas compañías se posicionaron entre las más grandes del país. Comenzaron a crecer rápidamente y a incorporar altas tecnologías para mejorar sus servicios. Sin embargo, fueron destruidas por la ambición de ejecutivos que poseían la capacidad intelectual para manejar los negocios con maestría, pero se animaban por el éxito a toda costa.
La falta de sinceridad sobre el manejo de estas empresas y el descuido por parte de los ejecutivos fueron las causas principales de bancarrota y disolución, según un análisis publicado por el Centro Canadiense de Ciencia y Educación en el que se investigaron ambas compañías.
Esto deja a entender dos cosas: que la clave para que un negocio sea exitoso está más ligada a la ética laboral que a los aspectos técnicos y económicos, y que en el mundo de los negocios, el carisma sin conciencia y la inteligencia sin carácter son la composición perfecta para el fracaso económico y personal.
Principios
Ahora bien, la ética laboral es ese conjunto de principios y normas bajo las cuales un líder se rige al momento de tomar decisiones o desempeñar su función dentro de la empresa. Es una parte integral del ser humano y cuyo valor es incalculable.
Para que una empresa cumpla con sus objetivos fundamentales, se requiere de estrategias de liderazgo y principios éticos que ayudan a un directivo a discernir lo que es correcto o no. Sin embargo, aunque existan estos códigos para regular la conducta, es por medio de la moral de un ser humano que llegan a cumplirse esos requisitos.
Ser solidario, ecuánime, respetuoso, transparente y, además, justo, es lo que propone la ética laboral y lo que se espera de todos sin importar el rango. Pero, en el mundo real existe el egocentrismo y la mediocridad. Existe la injusticia y la auto-beneficencia. Están esos jefes sin ética, quienes se aseguran de hundir a otros sin importar las consecuencias. Y en este caso, ¿qué se debe hacer? ¿Qué pasa cuando un “jefe” carece de ética? ¿Debe un subordinado callarse y cooperar para salvar su empleo?
Es paradójico, pues existen situaciones en las que para obtener resultados específicos se tiene que recurrir a métodos no tan éticos y que podrían parecer razonables. Pero, ¿hasta qué punto es esto aceptable?
La carencia de ética en una empresa termina afectando considerablemente la producción, las relaciones públicas e internas, sin obviar el daño que causa a la reputación del negocio. Es indispensable que un empresario no solo priorice las riquezas tangibles, sino que también considere que un empleado honesto es el activo más significativo y en el que más debería invertir.
¿Cómo puede un empresario evitar pérdidas por la falta de ética de sus trabajadores?
Herramientas que ayudan a evitar conflictos y pérdidas
Elaborar una política empresarial. Establecer normas y principios integrales ayudan al empresario a definir cómo quiere que sea percibido su negocio. Trabajar en base a una política empresarial buena garantiza excelentes relaciones públicas, y por ende buenos negocios.
Contratar la gente adecuada. El departamento más significativo de una empresa es el de recursos humanos. Invertir en él garantiza que sus empleados sean tratados correctamente y que, además, su negocio cumpla con las normas empresariales y ordenanzas públicas establecidas.
Desarrollar tácticas de liderazgo, comunicación y apoyo. Una de las razones por las cuales los empleados se desmotivan del trabajo es por la falta de incentivos. Evaluar el desempeño de sus empleados, escuchar sus preocupaciones y proporcionarles las herramientas adecuadas para su crecimiento profesional, es una estrategia de liderazgo útil. Muchos empleados buscan más que un sueldo básico, y un verdadero líder se encarga de que haya oportunidades de desarrollo disponibles para sus empleados.
Predicar con el ejemplo. El empleador es el principal modelo a seguir. No sirve de nada elaborar patrones éticos cuando el directivo es el primero en no cumplirlas. Las políticas empresariales son un reflejo de los propietarios.
Establecer la disciplina. Premiar las conductas no éticas de los empleados no es equitativo. Sea un directivo o un trabajador común, es el deber de todo empleador hacer cumplir las normas y cuidar de que estas no se repitan.
Los códigos éticos no son el único recurso para evitar inconvenientes. Es responsabilidad de los ejecutivos estar pendientes de grietas que inciten a los empleados a tener un mal comportamiento. Bien lo decía el filósofo americano William James: el arte de ser sabio es el arte de saber qué hay que vigilar y priorizar.