República Dominicana experimenta en estos momentos alzas de precios en la mayoría de los productos de consumo masivo. Todo está subiendo y lo mismo sucede en otros países. Es una señal clara de recuperación económica, porque la demanda está aumentando, pero también podría significar fallas estructurales del mercado, especialmente en el ámbito local. La alta dependencia de las materias primas importadas para producir bienes de consumo en el ámbito nacional es sólo una variable a tomar en cuenta.
Hay quienes afirman, y podrían tener razón, que República Dominicana no produce pollos ni huevos, sino que, más bien, los ensambla. Tan sencilla como parece, pero con mucha verdad compleja implícita, es esta frase. ¿Cuáles son los componentes para la avicultura? Maíz, sorgo, medicamentos, electricidad, mano de obra, ventiladores, comederos y silos, entre otros. La mayoría viene de otros países, es decir, paga fletes en barcos y ya podremos imaginarnos la incertidumbre que hay en estos momentos en la parte logística a nivel internacional. Hay quienes ni siquiera le dan importancia a la nevada que azota a Texas, en Estados Unidos, olvidando que es una meca del petróleo.
Entonces, cabría preguntarse si la mano invisible de la que habló Adam Smith en su obra “Teoría de los sentimientos morales”, de 1759, y retomada en “La riqueza de las naciones”, de 1776, podría jugar algún papel en tiempos de crisis, especialmente cuando se trata de aumentos en los costos de producción. Particularmente creo que es justamente esa mano invisible la que está jugando su papel en estos momentos. La oferta y demanda, que podría ser un juego limpio cuando entra en el escenario la razón, también podría manipularse cuando los actores del mercado aprovechan, para su beneficio particular, un contexto de crisis. ¿Es esto también limpio y obedece a la metáfora económica de la mano invisible?
Lo cierto es que ahora se registran alzas de precios en prácticamente todos los renglones, pero con la salvedad de que hay una razón de costos asociada a la incertidumbre que afecta al mercado internacional. Han subido los materiales de construcción, el transporte, muchos productos de la canasta alimenticia y, lo peor, no parece que se vaya a detener en las próximas semanas. ¿Cómo es que la mano invisible de Smith, en el caso del dólar, no se ha expresado en libertad? El dólar ha perdido valor en el mercado internacional, pero aquí se mantiene prácticamente invariable.
Ya sea por efectos de la mano invisible o no, según el Banco Central, el índice de precios al consumidor (IPC) en enero 2021 registró una variación de 0.97% con respecto a diciembre de 2020, mientras la inflación interanual fue de 5.35%. Internamente, el grupo Transporte registró un incremento de 2.08% y fue el de mayor incidencia en el IPC de enero de 2021, explicado principalmente por los aumentos de precios de las gasolinas regular (4.81%) y prémium (4.80%), gas licuado (GLP) para vehículos (5.83%) y el gasoil (4.46%).
En el caso de los alimentos, según las estadísticas oficiales, la variación fue de un 1.06%, lo que obedeció a los aumentos de precios de la clase carnes (5.27%), dentro de las cuales se encuentran el pollo fresco (6.74%), de cerdo (6.93%), de res (5.04%), molida de res (6.50%) y chuleta ahumada (1.35%), así como a los incrementos en los huevos (2.50%), aceite de soya (2.61%), arroz (0.76%), aguacate (9.34%), caldo de pollo (2.15%), limones agrios (15.25%), refrescos (1.05%) y azúcar morena (1.59%).
Sin embargo, hay una variable que debe tomarse en cuenta a final de cuentas. Se trata de cuánto esté dispuesto a pagar un consumidor por un producto determinado. Aquí está la relación precio-valor. ¿Por qué sube de precio la carne de pollo? No es sólo por la variable asociada a los costos, también hay que analizar que es un alimento muy importante y de una alta demanda (valor). La economía sólo retribuye a los que están en capacidad de producir los que otros están en capacidad de pagar.
En definitiva, la mano invisible de Adam Smith, que de alguna manera se refiere a la capacidad implícita que tiene la interacción de los agentes económicos de impulsar el libre mercado, tiene que ver en lo que ahora estamos padeciendo en términos de alzas de precios. Tampoco debemos olvidar que Joseph Stiglitz tiene un punto de vista diferente que no trataré aquí. Sin embargo, no parece que sus efectos estén a nuestro favor. ¿Debe intervenir el Estado? Depende de cómo y cuándo lo haga.