El poder de cada mujer radica en su esencia y en aquello que la diferencia, no solo de los hombres, sino también de otras mujeres. El fin de la igualdad de género es la justicia y la equidad social. Y es importante recordar que este es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el 2030, y como afirma Naciones Unidas: “este no solo es un derecho humano fundamental, sino que es uno de los fundamentos esenciales para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible”.
En una ocasión un experto social dijo que los espacios no se piden, se toman, y es justo lo que han estado haciendo las mujeres, pues las estadísticas revelan la activa participación de la mujer en la política, los negocios y liderazgo social, así como también su crecimiento constante.
El reto está en caminar de la mano contra la injusticia social y económica que hasta el momento ha gobernado el mundo, avanzar con determinación y tomar el espacio que corresponde a cada mujer, tomando en cuenta que no se trata de restar derechos a otros, sino de compartirlos, agregando valor en cada acción.
Para seguir avanzando se debe tomar en cuenta que:
1. Es necesario entender en cuales áreas necesitamos igualdad: Se debe procurar la igualdad de derecho, social, económica, legal y laboral.
2. Ser competentes: Para poder tomar nuevos espacios, lograr posiciones de poder y decisión es necesario ser capaces, es por esta razón que la educación constante y de calidad es necesaria.
3. Cooperar entre pares: Las mujeres que ya lo han logrado deben ayudar a otras y entender con claridad que es en ese logro colectivo que los cambios comienzan a ser notables.
4. Celebrar las diferencias: La mujer es portadora de vida, y tanto física como emocionalmente tiene características propias que la hacen única.