En República Dominicana, las tarjetas de crédito se han convertido en uno de los instrumentos más utilizados por los consumidores al momento de hacer la compra de bienes y el pago de servicios.
Esta herramienta, de amplia aceptación y seguridad al no tener que llevar dinero en efectivo, ocupa el segundo lugar en las formas de pago usadas con mayor frecuencia en actividades como las compras de bajo valor (1%) y valor alto (5.5%), servicios públicos (3%) como agua luz, basura, y privados (4.3%), como teléfono, televisión por cable e Internet.
También para la compra de alimentos (3.5%), combustibles (6.3%) y el pago de impuestos o multas (1.2%), de acuerdo con estadísticas del Banco Central. Además, son el medio de pago más aceptado para efectuar compras por Internet.
Aunque 94.3% de los hogares dominicanos recurre al efectivo para adquirir bienes y servicios, según la encuesta sobre los Gastos e Ingresos de los Hogares (Enghi) 2018, el uso de las tarjetas de crédito va en ascenso.
Entre las otras formas de pago en el país figuran efectivo, tarjetas de débito, pago móvil, t-pago, Azul y otras plataformas; y en menor proporción las transferencias electrónicas.
Para tener presente
Más allá de las facilidades como medio de pago, su posibilidad de que los usuarios formen parte del sistema financiero formal y su impacto en la dinamización económica nacional, las tarjetas de crédito deben usarse de forma inteligente.
La Asociación de Bancos Múltiples de República Dominicana (ABA) insiste que, aunque las tarjetas de crédito resultan de gran ayuda para cubrir las necesidades económicas, es imprescindible mantener un uso responsable de esta para aprovechar mejor sus beneficios.
Entre las recomendaciones cita ser prudente en los consumos, teniendo presente la capacidad de pago del usuario y presupuestar sus gastos en orden de prioridades y necesidades. También exhorta tomar en cuenta la fecha de corte y fecha límite de pago.