El presidente Luis Abinader cumple su primer año de gestión al frente del Estado dominicano. Con toda seguridad, al ver en qué contexto le ha tocado gobernar, jamás imaginó que sería tan retador, absorbente y delicado desde cualquier óptica. La pandemia provocada por el covid-19 y una economía cuasi cerrada fueron su recibimiento.
Las expectativas de la población, sin embargo, no sólo se centraron en el compromiso de mantener la economía funcionando aunque sea mínimamente, como sucedió, sino también en atender otros temas relativos a la transparencia en el manejo de los recursos públicos.
No se puede olvidar que asumió la dirección del Estado en medio de la peor crisis económica que haya afectado al país en 100 años. De hecho, el producto interno bruto (PIB) terminó 2020 con una contracción de -6.7%, es decir, una pérdida de por lo menos US$10,000 millones respecto al cierre de 2019.
Este escenario, para nada deseable, obligó a buscar recursos frescos vía el endeudamiento público, para lo cual fue necesario recurrir a la emisión de deuda. En este contexto también es resaltable las operaciones de manejo de pasivo que ha realizado el Ministerio de Hacienda, mejorando la calidad y vejez de la deuda pública.
En todo caso, por más vueltas que se le puede dar a la realidad, el Presidente ha dedicado el primer año de gobierno a enfrentar los efectos negativos de la pandemia sobre la salud y la economía. Y no ha tenido otra opción. Sin salud no puede haber economía. Garantizar una capacidad mínima de consumo de la población tuvo un costo que se combinó con una caída en los ingresos. No había otra posibilidad de sobrellevar la situación, sino era a través de la emisión de deuda.
En este período, y quizá sea uno de los aspectos más destacables, la política monetaria jugó un papel fundamental para evitar el colapso de la economía. Las tasas de interés bajaron a niveles también históricos, facilitando el crédito y la renegociación de deuda.
Las facilidades del encaje legal liberadas por la Junta Monetaria, sin duda, fue un elemento que ayudó a mantener cierta estabilidad, a lo que se agregan las facilidades que dieron las entidades financieras, con el apoyo de la Superintendencia de Bancos (SB), para que quien quisiera acogerse a la prórroga de tres meses sin pagar los préstamos, lo hiciera sin que ello significara caer en mora.
Luego de haber reportado números rojos durante todo el 2020 y enero de 2021, la presente gestión comenzó a ver resultados económicos diferentes y más halagüeños desde febrero, logrando un repunte en los principales indicadores. Turismo, zonas francas, inversión extranjera, construcción y comercio han liderado esta recuperación, lo que da una señal clarísima de que República Dominicana retomó al camino de la recuperación.
En conclusión, si hay dos aspectos que se pueden destacar como salvadores de estos primeros 12 meses de gestión del presidente Abinader lo constituyen, con toda seguridad, la estabilidad macroeconómica y el programa de vacunación para combatir el covid-19. Todo lo demás es todo lo demás.