El presidente Luis Abinader se presentó esta semana ante la matrícula de la Cámara Americana de Comercio de la República Dominicana (AmchamDR). Como siempre, fue claro, preciso, sincero y abierto a responder preguntas. Se refirió a muchos temas en su ponencia ante empresarios, funcionarios de su gobierno, invitados especiales y representantes de medios de comunicación.
Como es de esperar, el jefe de Estado destacó sus logros en los primeros 16 meses de Gobierno. Su tono, ritmo y seguridad al hablar indican que está satisfecho con los resultados que puede mostrar hasta el momento. La pandemia del covid-19, con sus consecuencias en la economía, ha sido un reto que no puede soslayarse.
Entre los temas destacados por Abinader están su compromiso de administrar los fondos públicos con absoluta transparencia, modernizar la Refinería Dominicana de Petróleo (Refidomsa), la cual considera debe ser en poder del Estado, y el crecimiento de por lo menos 11% que espera para el cierre de año. Sin embargo, hay un punto que destacó y que lo acercan a la generalidad de la población. Se trata de la inflación, lo que sin duda lo hace ver como una persona muy atenta a una de las principales preocupación de cualquier gobierno.
Textualmente dijo: “Quién podría estimar que luego de la pandemia podría venir una inflación como la que tenemos, aunque sea importada, y en Estados Unidos hay una inflación que no había desde hace 35 años. Sin embargo, creo que no importan los problemas, si los trabajamos juntos los vamos a superar”.
La inflación es, sin duda, una variable macroeconómica que afecta a los estratos sociales que viven de la microeconomía. Aquí hay una relación muy cercana entre estas dos divisiones de la economía, las cuales son de la preocupación del primer funcionario del Estado.
La inflación, según admite el Presidente, es parte de su preocupación. Sin embargo, le diríamos que deje esa preocupación en niveles bajos, ya que desde mediados de 2022 los precios habrán de volver a sus niveles normales, luego que el mercado global se reorganice.
Además, hay que destacar que ha habido proactividad en las políticas monetaria y fiscal, lo cual ha servido como colofón para lograr que la caída del producto interno bruto (PIB) de 2020 se revierta hasta alcanzar un crecimiento sobre los dos dígitos. La inflación, y lo sabe el Presidente, también forma parte del proceso de expansión de las economías. Crecer también tiene sus consecuencias. Lo único que debemos evitar como país es que el movimiento de los precios sea brusco. Todo indica, a juzgar por los resultados, que vamos bien. No se preocupe, Presidente.