Recientemente, una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) visitó a República Dominicana para pasar revista al comportamiento de la economía del país, amparada en el Artículo IV del Acuerdo Constitutivo de ese importante organismo, garante de la estabilidad financiera internacional.
Las primeras conclusiones a las que arribó la misión de marras es que la economía dominicana ha mostrado una notable resiliencia, pues en la región es la que mayor dinamismo ha tenido, con posterioridad a la Pandemia del Covid-19. En efecto, con una expansión del producto bruto interno mayor al 12% durante el 2021, y un crecimiento de 6.1% en los primeros tres meses del 2022, se perfila que la economía dominicana terminará creciendo en un 5.5% en el año en curso.
A pesar de esta inusitada resiliencia de la economía dominicana, el FMI llama a garantizar el retorno a la inflación que está establecida en el rango meta, es decir, 4.0% +-1%, propósito bastante difícil mientras permanezcan las condiciones internacionales adversas que la guerra entre Ucrania y Rusia están provocando.
Y es que los datos ofrecidos por el Banco Central de la República Dominicana indican que la inflación acumulada del cuatrimestre enero-abril de 2022 fue de 3.78%, mientras que la interanual, abril 2021 a abril de 2022, alcanzó casi los dos dígitos, lo que significa que tendremos presiones inflacionarias mientras se mantengan los altos precios de las materias primas, transporte, logística, petróleo, etc., a nivel internacional.
Por demás, no caben dudas de que la implementación de una adecuada y oportuna política monetaria durante los últimos años ha sido vital para mantener la estabilidad macroeconómica, en sentido general, así como una prudente política fiscal. De hecho, se estima que, al final del 2022, el déficit fiscal quedará por debajo del 3.0%, lo cual sería un logro importante de la actual administración.
Otro resultado interesante que ha sido destacado por la misión del FMI que visitó el país, es el referente al comportamiento de la deuda pública consolidada, la cual se redujo de 69.1% del producto interno bruto al 2020, a un 62.7%, es decir, casi seis puntos porcentuales. Para este organismo internacional, esta tendencia a la baja de la deuda dominicana debe mantenerse; sin embargo, todo va a depender de las necesidades de financiamiento del país y también de un incremento en la capacidad de generación de ingresos de la administración tributaria.
Adicionalmente, tres pilares fundamentales tiene la economía dominicana que la convierten en resiliente. El primero de estos es la actividad turística, la cual ha pasado a ser una punta de lanza en el proceso de recuperación económica post pandemia. En efecto, datos del Banco Central refieren que los ingresos por turismo alcanzaron los 2,109 millones de dólares en el primer trimestre del año en curso, superando en un 161.2% a igual período del 2021. Por igual, al país llegaron 1.7 millones de turistas en los primeros tres meses del 2022, en tanto se estima que, al finalizar los 12 meses, se alcance la meta de 7 millones de turistas.
Otro trofeo importante para la economía dominicana es la inversión extranjera directa, la cual, se espera, alcance más de 3,400 millones al término del 2022. De todos, sin embargo, la que parece que romperá todos los record este año son las remesas que envían anualmente los dominicanos que viven en el exterior.
Con la friolera de 3,260.1 millones de dólares, reportados durante el cuatrimestre enero-abril de 2022, se pronostica que las remesas podrían estar alcanzando los 10,000 millones al finalizar dicho año. Todo lo anterior deja claro que la economía dominicana se está solidificando cada vez más, lo que debe ser buena noticia para los agentes económicos, es decir, empresas y consumidores.