[dropcap]C[/dropcap]ual mesa sobre la que se posan los alimentos de la familia, la economía dominicana tiene cuatro patas que merecen especial reconocimiento. Turismo, remesas, zonas francas e inversión extranjera directa.
Sin duda, lo que ha venido sucediendo con estos sectores generadores de divisas es para reconocer, en primer lugar, el esfuerzo que realiza el Estado dominicano y las autoridades por hacer de este mercado un destino importante en la región.
Y todo indica que se está logrando. Sólo por turismo el país recibe ingresos que superan por mucho el producto interno bruto de la suma de la mayoría de las islas de las Antillas Menores.
Las cifras establecen que éstos ascendieron a US$6,153.1 millones, para un crecimiento de 9.2% en el 2015. Para el Banco Central, esto ha sido el resultado de distintos factores, como la diversificación en la procedencia de los turistas que visitan el país, así como al incremento en la llegada de viajeros de los destinos tradicionales como Estados Unidos y Europa.
Las remesas, el otro gran eslabón o soporte de la economía, es uno de los sectores que se constituye en una de las patas principales de la estabilidad. Según cifras preliminares, durante el año pasado se recibieron flujos por US$4,882.7 millones, unos US$311.5 millones adicionales para un aumento de un 6.8%.
Esto evidencia la recuperación de la economía de Estados Unidos de América, que es la principal fuente de las remesas recibidas en nuestro país, con una participación de 71.3%, seguido por España con un 14.2% en el total recibido.
Pero las zonas francas no se quedan detrás. Las empresas ubicadas en este segmento también arrojaron resultados positivos con exportaciones que ascendieron a US$5,632.9 millones, lo cual significó un incremento de US$358.5 millones con respecto a 2014, un reflejo de la continua recuperación del sector.
Sin embargo, las exportaciones nacionales, dentro del total, disminuyeron -13.0%, debido a la reducción en las exportaciones de oro y plata (-23.0% y -34.6, respectivamente) como consecuencia de inconvenientes técnicos en la explotación de la mina de Pueblo Viejo, que demandaron nuevas inversiones en adecuación de las plantas de producción.
Este resultado debe despertar el interés de las autoridades de seguir fortaleciendo la industria de capital dominicano, a fin de disminuir choques externos o alegadas fallas en la producción de empresas de capital foráneo.
Otro sector importantísimo lo representa el de la inversión extranjera directa, que alcanzó US$2,293.4 millones al cierre de 2015, para un aumento de 3.8% respecto a 2014, como consecuencia de incrementos de las inversiones en los sectores minería, turismo y zonas francas en 294.8%, 47.5% y 25.1%, respectivamente, lo que confirma que República Dominicana se consolida como un destino atractivo para los inversionistas extranjeros.
En el sector externo, según las cifras preliminares, los resultados de la cuenta corriente de la balanza de pagos arrojan un déficit de 2.0% del PIB, por debajo de su promedio histórico y el menor en la última década. En 2012 este indicador estaba en -6.6%.
En conclusión, este resultado es consistente con el aumento combinado de los ingresos de divisas por concepto de turismo, remesas familiares, exportaciones de bienes e inversión extranjera directa, que generaron al país US$23,001.6 millones, un incremento de 3.0% con respecto a 2014 (US$665.2 millones adicionales).