República Dominicana padece en estos momentos episodios de incertidumbre por la ola de violencia que, al parecer, busca robarle la tranquilidad que históricamente ha acompañado a los dominicanos. No cabe duda de que este país está compuesto, fundamentalmente, por gente trabajadora, alegre, pacífica y consciente de lo importante que es la seguridad para el desarrollo económico.
Sectores como turismo, industria, comercio, construcción, zonas francas y otros dependen del clima de paz que se respira aquí. Es nuestro principal activo para atraer inversión. Ahora bien, no se puede confundir violencia con delincuencia. Hay actos de delincuencia que no incluyen violencia y lo mismo sucede con actos violentos que no son propio de la delincuencia.
Como medicina, lo mejor es evitar que haya confusión entre estos dos conceptos (por el bien de todos).