En Latinoamérica se ha visto una ola de contrarreformas y de crecimiento del autoritarismo en los últimos años, lo cual ha sido propiciado por conflictos sociales que se desbordan e impactan el consenso político que impera en cada determinado país.
En este sentido, es crítico que en la República Dominicana continúe imperando el consenso y la coordinación entre los sectores público y privado, el gubernamental, social, empresarial, gremial, y otros, para que logremos acuerdos y acciones que preservan la paz social.
El primer ejemplo que se puede citar es el denominado Pacto Eléctrico, que fue arduamente negociado ante el Consejo Económico y Social (CES) por años, compuesto por diversos grupos de interés en la vida pública nacional.
El Pacto Eléctrico no es perfecto, pero fue el producto de un amplio consenso y contó con la aprobación de los partidos mayoritarios, gremios y otros participantes en la vida nacional, con la finalidad de lograr la reducción de las pérdidas en el sector para que el mismo pudiera ser sostenible a largo plazo.
Con la implementación del Pacto Eléctrico han surgido inconvenientes causados por la inesperada subida de los precios del petróleo y otros hidrocarburos, producto de una situación macroeconómica global que se ha complicado de sobremanera. En este sentido, el Gobierno ha llamado nuevamente al CES para acordar ciertas modificaciones y también ha decidido postergar algunos mandatos del Pacto hasta tanto se presenten las condiciones adecuadas para retomarlos.
Podemos señalar que tanto la concepción del Pacto como la decisión de suspender su aplicación de manera temporal han sido frutos del consenso en procura de la estabilidad económica y social del país. Si bien es un proceso complicado, nuevamente se muestra madurez política y la procura del consenso para preservar la paz social.
Otro ejemplo de lograr consenso para el beneficio de la sociedad y su estabilidad es sobre el proyecto de Ley de Extinción de Dominio. Como podrán acordarse, la extinción de dominio es un proceso sumamente poderoso, mediante el cual se puede declarar la desposesión de bienes propiedad de una persona; y el proyecto de ley que habría sido propuesto por la comisión bicameral generó diversas reacciones negativas al respecto.
En el Senado, el proyecto fue aprobado tal como fue propuesto por la comisión bicameral, generando preocupación debido a su sensible contenido. Sin embargo, en un acto de consenso social, cuando el proyecto fue conocido por la Cámara de Diputados, se presentaron y aprobaron 36 modificaciones que mejoraron de manera sustancial su contenido y, de esta forma, fue aprobado por unanimidad en ese hemiciclo.
Podríamos citar muchos otros ejemplos y circunstancias que se han dado en los últimos años en República Dominicana que nos dan esperanza de no correr con la misma suerte que otros países en la región. Sin embargo, con una situación macroeconómica que se complica cada día, la espera de reformas y un sector político que goza de tanta libertad y apertura, es nuevamente importante hacer un llamado por preservar lo que tenemos mediante el consenso, el único camino que nos permitirá salir adelante como país.