Las empresas Micron y Qualcomm invertirán US$44,200 millones en la fabricación de chips en Estados Unidos, según informó este martes la Casa Blanca, que vinculó las inversiones a la ley aprobada en el Congreso e impulsada por el presidente, Joe Biden, para subsidiar la fabricación de microprocesadores.
Precisamente, este martes está previsto que Biden firme la norma, que ya recibió el visto bueno del Senado y de la Cámara de Representantes y que subsidia con US$52,700 millones la fabricación de microchips y fortalece las cadenas de suministro para mejorar la posición de EE.UU. frente a la competencia china.
En un comunicado, la Casa Blanca reveló que gracias al “estímulo” de esta ley, Micron invertirá US$40,000 millones para fabricar chips de memoria en EE.UU. que crearán 8,000 nuevos empleos y que harán que la cuota de mercado estadounidense de producción de chips de memoria pase del 2% actual al 10%.
La otra inversión anunciada hoy resulta de un acuerdo entre Qualcomm y GlobalFoundries, que destinarán conjuntamente US$4,200 millones a ampliar la fábrica que GlobalFoundaries ya tiene en el estado de Nueva York para fabricar microprocesadores.
La ambiciosa ley de política industrial aprobada por el Congreso contempla una inversión total de US$280,000 millones, de los que US$52,700 millones están dirigidos a fomentar la construcción y ampliación de fábricas nacionales de semiconductores con subsidios y créditos adicionales.
Con los fondos destinados a la ciencia, la investigación y el desarrollo se busca además disminuir las disparidades en la autorización de la financiación al respecto y así garantizar que más universidades y comunidades del país puedan participar en los esfuerzos federales para aumentar la autonomía estratégica de la industria nacional.
El Gobierno de EE.UU. considera la fabricación doméstica de microprocesadores una cuestión clave para la economía y la seguridad nacionales, especialmente por el gran dominio de mercado que tiene China en este campo.
La economía global se ha visto afectada desde 2020 por la escasez de microchips, causada en parte por los efectos de la pandemia del covid-19, las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos y factores climáticos.