[dropcap]L[/dropcap]a coyuntura actual, con la combinación de hechos locales como externos, hacen posible que este año se puedan iniciar los procesos efectivos para buscar una solución a la crisis eléctrica que afecta a República Dominicana.
Para sustentar este planteamiento, me permito presentar algunas ideas que el presidente Danilo Medina, con su liderazgo, decisión y respaldo puede perfectamente poner en ejecución.
Primero: Los bajos precios internacionales del petróleo parece que se van a extender por los próximos dos años, lo que indica que la reducción en los costos de generación es una realidad de mediano plazo que se puede aprovechar para aplicar la tarifa técnica con base en las fluctuaciones reales de su valor.
Segundo: Para hacer efectiva la gestión de comercialización, el Gobierno debe “privatizar” la administración en las empresas distribuidoras Edenorte, Edesur y EdeEste, mediante contratos administrativos que pague ese servicio con base en resultados, es decir, si las distribuidoras reducen sus pérdidas en la proporción planteada en un período de tres a cuatro años, entonces la comisión de administración sube, o baja si no es efectiva, y hasta se penaliza a la firma administradora con la obligación de pagarle al Estado si no cumple.
Ya es tiempo de eliminar la influencia política de las distribuidoras, de colocar en su administración a un equipo profesional técnico y de hacer que esas empresas dejen de ser agencias de empleos y fuentes de negocios ocultos y carentes de transparencia, por lo que se requiere una gestión con base en resultados y aplicando un régimen de consecuencias.
Tercero: Para garantizar la permanencia de costos de energía bajos o sostenibles, el Gobierno debe continuar la construcción de las plantas de carbón mineral, pues así, si el petróleo comienza a subir, tendríamos un sistema de generación con alta incidencia de combustibles como el gas natural y el carbón mineral, lo cual neutralizaría altos precios de generación en caso de alzas extraordinarias en el crudo y sus derivados.
Cuarto: En julio de este año se vencen los contratos del llamado Acuerdo de Madrid, por lo que es una excelente oportunidad para el Gobierno contratar una firma de consultores legales especializados en el área, preferiblemente internacionales, que asistan al Estado en la negociación y elaboración de nuevos contratos de generación en donde no se incluyan cláusulas onerosas y leoninas para el país, de forma que su aplicación sea sostenible para ambas partes (generadores y Gobierno).
Quinto: Como se ha dicho que se requiere una inversión de al menos US$800 millones en las distribuidoras para mejorar las redes, hacer eficientes los sistemas de medición, reducir las pérdidas técnicas y ampliar la cobertura de facturación y cobros, entonces el Gobierno puede hacer una emisión de bonos por ese mismo monto de dinero y establecer una cuenta “en plica” en las EDE de donde se descuente cada mes el equivalente a la tasa de interés que pagaría esa emisión. Los recursos obtenidos se invierten en las distribuidoras, bajo estricta supervisión y regulación de la firma privada administradora, y se esperan los resultados de reducción de pérdidas que hoy están en 34% y que no deberían ser mayor de 10% para hacer sostenible el sistema.
Para eso es preciso que el servicio eléctrico se le cobre a toda la población, con tarifas diferenciadas o no, pero a todos los hogares y negocios, sin distinción.
Esas cinco acciones son perfectamente aplicables a partir de este año si se toma en cuenta que: todo indica que el presidente Danilo Medina saldrá reelecto hasta el 2020; si el Presidente no se va a reelegir en 2020, entonces puede asumir el costo político que inicialmente implicarán las medidas a tomar en esa dirección; una vez puesto en marcha este plan, se lograría la solución definitiva al problema eléctrico y Medina pasaría a la historia como en Presidente que resolvió definitivamente el problema eléctrico.
¿Qué se requiere para poner en marcha ese plan de solución? Algo que al presidente Medina le sobra, aunque solo lo aplica en determinadas ocasiones: VOLUNTAD POLÍTICA.
Es mi opinión… ¡Humildemente!