[dropcap]E[/dropcap]studios recientes señalan que la participación de la mujer en la economía mundial ha venido incrementándose de manera acelerada.
Sin embargo, esta participación sigue siendo desigual, toda vez que las mujeres ocupan la mayoría de los puestos de trabajo no remunerados o de baja remuneración (cuidado de niños, tareas domésticas y de limpieza en oficinas), en tanto los hombres continúan llevándose la mayor parte del pastel. Esto es evidente en República Dominicana en donde, en términos salariales, los hombres ganan, en promedio, más que las mujeres.
Mientras el ingreso laboral promedio mensual en una ocupación, para los hombres en edades entre los 20 y 39 años, era de RD$14,981 mensuales en 2014, para las mujeres, en ese mismo rango de edad y año, era de RD$12,764.
Pero el problema no solo son las diferencias salariales entre ambos, sino las implicaciones que esto tiene en toda la economía, y que están relacionadas con temas de productividad laboral, contribución al PIB, niveles jerárquicos en las empresas, entre otros.
Por ejemplo, por años se tuvo la percepción, y la evidencia, de que las mujeres no podían desempeñarse en el sector industrial, ya que allí los trabajos eran pesados, en donde solo cabía mano de obra masculina, la cual tenía una hora para entrar pero ninguna para salir, como diría Rubén Blades.
Se pensaba que la productividad laboral era más alta en los hombres, por lo cual tenían una mayor remuneración; además de que las mujeres, por su condición de madres, solían ausentarse de los trabajos por cuestiones de embarazo y maternidad, lo que le restaba capacidad de negociación frente a los empleadores.
También solía concluirse en que la contribución de la mujer al PIB era relativamente baja, que carecían del liderazgo suficiente para dirigir a los hombres, y que los puestos altos en las empresas estaban reservados para los hombres.
Por suerte, todo eso ha venido cambiando, y hoy la mujer está colocada, en muchos casos, a la par o por encima del hombre en cuestiones de desempeño laboral, lo cual es particularmente cierto en el sector de los servicios y en determinados segmentos del sector comercio.
En la economía informal, en particular, la mujer ha tomado la delantera con relación a los hombres, mostrando mayor capacidad de ingenio e innovación, siendo más creativa y dispuesta a renovarse. Y esta noticia es buena para celebrar este 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, sabiendo que ella es la mitad de la población y, además, la madre de la otra mitad.