Bastaría escribir en Google “el país más pobre de América Latina” para conocer la realidad de Haití. El resultado es el mismo que aparece cuando se busca “primera nación en independizarse del mundo”. En contraste, comparte isla con la economía de mayor desarrollo en el Caribe y la última en alcanzar su autonomía: República Dominicana.
Que dos contextos tan distintos compartan una misma superficie de tierra, hace casi imposible no compararlos. Tal como reseña un trabajo realizado por elDinero, la historia ha demostrado que las diferencias entre las naciones van más allá de la cultura y las estadísticas dan muestra, incluso, seis años después de su publicación.
Haití no la tiene fácil. Ante su actual panorama, la cúpula empresarial de ese país se mostró preocupada “por el deterioro sin precedentes de la situación socioeconómica y de las condiciones de vida de la gran mayoría de nuestros conciudadanos”. Pero eso no es algo de ahora.
Un poco de historia y mucho dinero
Lo que comenzó como un logro sin precedentes, dio como resultado la situación actual de país más pobre de la región. Al derrocar sus gobernantes coloniales, Haití se vio obligado a desembolsar el equivalente a US$500 millones a la tasa actual. Se trató de un rescate por la libertad que ya había ganado en la batalla y se le conoció como la “doble deuda”.
Una investigación del New York Times señala que, en 1825, esa nación tuvo que pagar una indemnización exigida por Francia con un valor inicial igual a 150 millones de francos. Sumado, también, hubo un préstamo de unos 30 millones de francos de los cuales solo recibieron 24 millones, todo esto a cambio del reconocimiento de su soberanía.
Esa deuda se extendió hasta 1888, pero al terminar las arcas estaban tan vacías que era prácticamente imposible reconstruir el país. A partir de entonces, otros préstamos para restaurar la nación fueron drenando el crecimiento. Todavía en 1911, US$2.53 de cada US$3 que Haití generaba con los impuestos al café, se destinaron al pago de deudas a inversionistas franceses.
Como resultado, hoy el producto interno bruto (PIB) de Haití solo ha crecido hasta US$20,944.3 millones al 2021 de acuerdo con el Banco Mundial. Es un notable aumento neto de US$12,485 millones (147.6%) desde 2014 cuando estaba en US$8,459.3 millones. Pero, aun así, es el equivalente al 22.2% del dominicano, que asciende a US$94,523.7 millones al cierre del año pasado.
En otras palabras, el PIB dominicano sigue siendo – casi – cinco veces el haitiano, e incluso más si se toma de referencia datos del 2022, que arrojan que está US$109,045.4 millones. No se tienen datos a la fecha del vecino país.
Por sectores que componen su economía, de acuerdo al Banco de la República de Haití (BRH), su PIB es equivalente a 614,309 millones de gourdes al 2020-2021. Es decir, unos US$5,227.29 millones. Datos de esa entidad también revelan que su PIB va a la baja desde el 2016 y con la llegada del covid-19 está en negativo: -1.8%. En República Dominicana, por el contrario, según el Banco Central (BC), el PIB tiene un crecimiento anual equivalente a un 12%.
La población estimada de la vecina nación es un 5% más grande en comparación con República Dominicana. Mientras la de Haití está en 11,541,683, la dominicana es aproximadamente 10,953,714. Esto significa que el PIB per cápita (US$ actuales) tiene una diferencia porcentual de casi 80%. Es decir, la dominicana (US$8,603.8) es casi cinco veces la haitiana (US$1,814.7) al 2021.
Sectores
Al observar los sectores en los que se sustentan las economías, también se pueden ver las diferencias. Mientras en República Dominicana la principal actividad económica es el turismo (hoteles, bares y restaurantes), en Haití es la agricultura y la pesca que representan el 20% del producto interno bruto (PIB) y generan empleo para la mitad de la población activa. De acuerdo con datos del BRH el “comercio al por mayor y al por menor, reparación de vehículos de motor y motocicletas”, aportó 21.1% del PIB en 2021.
Tomando el turismo como primera referencia, al 2018 el país recibió unos 7,551,000 visitantes y obtuvo ingresos sobre los US$7,561,000.00. En el mismo periodo, a Haití entraron 1,333,000 extranjeros y las divisas estuvieron sobre los US$620,000.00. La diferencia en ambas cifras es de unos 7,000,000 aproximadamente.
En el caso de la agricultura, silvicultura y pesca como valor agregado (% del PIB) en República Dominicana, es de apenas del 5%. Acerca de las exportaciones, cifras del BRH indican que, en ese país, al 2020, sumaron US$720.99 millones. Solo los artículos de manufacturas alcanzaron los US$222.21 millones.
Para ese año y por ese concepto, el Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana (ProDominicana) puntualiza esos montos en el país en US$9,853 millones. Las principales exportaciones fueron oro (US$1.77 millones), instrumentos médicos (US$1.3 millones) y tabaco enrollado (US$838 millones).
Todo lo anterior dio como resultado que la tasa de pobreza alcanzara casi el 60% en Haití al 2020. En el país, las estimaciones oficiales de pobreza aumentaron en 2.4 puntos porcentuales a 23.4%. Asimismo, la diferencias en la tasa de desempleo son notables: mientras en Haití alcanzaba el 15% al 2021, en el República Dominicana fue de 8%, de acuerdo con el Banco Mundial. A marzo del 2022, en Haití había aumentado a 30%, mientras en República Dominicana disminuyó a 6.40%.
Remesas
Las remesas son cruciales para los hogares vulnerables ya que completan los ingresos laborales y sirven para necesidades básicas. América Latina recibió más de US$127.6 mil millones en remesas en 2021. Fue un registro histórico y en promedio, para los países de toda América Latina y Caribe representaron un 2.6% del PIB. En Centroamérica y en el Caribe, los promedios superan el 12%.
En Haití fueron igual al 19% y República Dominicana fue el 11% del PIB. Como se constata, Haití depende en gran medida de las remesas. Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo indicó que, alrededor del 80% de los beneficiarios de las remesas son hogares pobres o vulnerables. En ese sentido, destaca que para los haitianos, una contracción de las remesas que provienen de Estados Unidos, Chile y Canadá “sería preocupante”. Al menos 20% de la población recibe remesas.
Inestabilidad
La inestabilidad política de Haití, desde François Duvalier –Papa Doc-, pasando por Jean-Bertrand Aristide (elegido en la primera elección libre, derrocado por un golpe de Estado en 1991 y presidente de nuevo en 2001), hasta la larga crisis electoral que dio lugar a Jovenel Moïse antes del magnicidio, solo ha remarcado la crisis de esa nación.
En su historia, ese país solo ha conocido una sucesión de dictaduras y “gobiernos” interrumpidos bajo presión estadounidense, francesa o canadiense, insurrecciones armadas, revueltas populares e incluso ocupaciones extranjeras.