La gestión gubernamental del presidente Luis Abinader ha dado muestras de mejorías y eficiencias en diversos aspectos del aparato estatal. De eso no hay dudas, más considerando que asumió en medio de una crisis sanitaria y económica sin precedentes.
Sin embargo, hay otras áreas en las que su gestión, más que mejorar las debilidades que arrastraba de administraciones anteriores, se han empeorado o deteriorado a niveles preocupantes. Es el caso, por ejemplo, de la gestión en materia de educación básica y asistencia social, a través de ese sector.
Salvar el año escolar en pandemia fue un buen esfuerzo, pero un fracaso en materia de resultados. La calidad educativa, mala desde antes, se vio agravada en ese proceso.
La situación siguió mal al año siguiente y consigo también el descuido de la infraestructura escolar (aulas) y de los suministros de alimentos, uniformes y útiles. Definitivamente, es un área en la que nada se ha avanzado.