Ser diagnosticado con la enfermedad renal crónica (ERC) no es una sentencia de muerte. Esto es lo que dicen los nefrólogos y tienen razón. Lo que asusta a los pacientes, en muchos casos, no es el riesgo que significa para su salud, sino lo costoso que será el tratamiento para mantenerse vivo en lo que llega un donante.
El costo dependerá del grado en que se encuentra el paciente, del centro médico que visite para el tratamiento y de la cobertura disponible en su seguro. Son muchas las variables a tomar en cuenta. El apoyo familiar será siempre la mejor dosis para resistir. Quien tiene sus problemas económicos resueltos tiene una preocupación menos.
Sin embargo, la mayoría no está en este círculo y, lo peor, muchos pacientes de escasos recursos suelen darle menos seguimiento a su salud por diversas razones, entre las que está la falta de dinero hasta para ir a una consulta. Un calmante para el dolor es la salida más recurrente, sin tomarse en serio cualquier señal que envíe el cuerpo.
Tal y como lo establece una investigación publicada en esta edición, a nivel privado una terapia de diálisis peritoneal manual ronda los RD$40,000 y puede elevarse hasta RD$60,000 si se incluyen las consultas con el nefrólogo y atenciones de nutriólogo, enfermero y psicólogo. La automatización del proceso puede costar RD$70,000 y elevarse hasta RD$90,000 si se incluye la icodextrina.
La Sociedad Dominicana de Nefrología (Sodonefro) estima, sin embargo, que solo el 23.12% (1,008 dominicanos) dispone de esta modalidad de terapia, cuya prevalencia mundial es de 12% a 13%. ¿A qué se debe esto? El uso del peritoneo para estos fines tiene una vida efectiva de tres a diez años, siendo cinco o seis el promedio. Y está claro que si el paciente no se trasplanta y presenta dificultades en esta membrana termina en hemodiálisis.
El costo no parece ser significativo no sólo para las familias que deben enfrentar la carga económica de uno de sus miembros diagnosticado con insuficiencia renal, sino que también el Servicio Nacional de Salud (SNS) debe presupuestar alrededor de RD$1,300 millones al año para atender estos casos.
Este dato es de suma importancia: En una persona saludable, los valores normales de creatinina, la que establece la función renal, se ubican entre 0.6 a 1.2 mg/dl (miligramos por decilitro). Si los resultados de los análisis indican que está en 2, entonces hay que tomar medidas. Esas ocho décimas de más confirman, en resultados posteriores, que sus riñones están ciclando menos de 29 mililitros de sangre por minuto, es decir, ya están por debajo de su capacidad.
Para evitar el costo a su familia y los posibles riesgos, lo ideal es ser precavido. El Estado está en la obligación de educar a la población para que acuda a chequeos regulares, pues eso evita muchas de las consecuencias económicas de esta enfermedad.