El año que viene será bueno y malo. Será bueno para unos y malo para otros. Eso depende de usted, de su actitud, de su decisión. Por supuesto que hay situaciones que no podemos manejar, que están fuera del alcance de nuestras manos, pero siempre habrá que pensar en que si no inyectamos una dosis importante de esfuerzo propio, las cosas podrían ser peores.
Si usted es una persona que espera que le resuelvan todo, que le echen la comida en la boca y luego le muevan la quijada, posiblemente tendrá un mal año. Luego no se queje.
Y lo de bueno y malo puede pasar en su economía familiar, personal y hasta en su desarrollo laboral. También habrá resultados malos en su vida personal, pues los resultados forman parte de un todo.
¿Quiere un año bueno? No espere, por ejemplo, que sea el Gobierno el que le resuelva sus problemas. Trabaje, dedíquese a ser productivo.