Admito que soy un neófito en materia de aviación. Sin embargo, recientemente escuché al experto en este tema, Pedro Domínguez, expresidente de la Asociación Nacional de Pilotos, expresar su preocupación, pues, según él, en el Instituto Nacional de Aviación Civil (IDAC) hay debilidades técnicas en la dirección de esa institución.
Confieso que me asusté. ¿Por qué me dio pánico? Oh, simple. Todos sabemos lo valioso que es el sector turismo para la economía dominicana y todo lo que podemos perder si no actuamos correctamente desde el punto de vista técnico y gerencial para mantener, por decir un punto, la categoría de vuelo que nos permite operar desde y hacia Estados Unidos. El sector turístico es vital, constituye una fuente que agrega valor a nuestra economía, por lo que es una actividad de alta sensibilidad para nosotros.
No tengo el placer de conocer ni a Domínguez ni al director del IDAC, Román Caamaño, quien en su currículum destaca que es abogado especialista en Derecho Aeronáutico. Supongo que para estar en esa posición es porque conoce el sector. En su trayectoria se ve que tiene experiencia. ¿Lo hace esto un técnico especializado en aviación civil? La verdad es que no sé, pero lo que sí puedo afirmar es que saber de leyes en esta materia no significa que eres un experto en la materia.
La aviación civil y comercial, en el caso de República Dominicana, es (o debería ser) una actividad de alta prioridad tanto por lo que significa para el desarrollo turístico del país, como por lo que implica tener un sector aeronáutico seguro. Cumplir con los estándares de calidad exigidos por las autoridades de Estados Unidos, por ejemplo, garantiza muchísimas otras cosas.
Todavía retumba en nuestros oídos todo el esfuerzo que se hizo y se pregonó para lograr la categoría A para volar a Estados Unidos. Además, esto también es una garantía de competencia, pues pueden surgir aerolíneas con matrícula HI que suelen ser las preferidas por los dominicanos.
El expresidente de la Asociación Nacional de Pilotos, sólo por su experiencia en el área, me merece credibilidad. Su conocimiento, pienso yo, debería servir de referencia en este sector tan sensible para la imagen del país. Recientemente hubo incidentes relacionados con aerolíneas dominicanas. Hubo dos en suelo local, con fallecidos, y otro de la aerolínea Red Air en julio de este año. Esta empresa apenas inició sus operaciones en noviembre de 2021.
Este gobierno ha sido exitoso en materia turística y estos resultados deben ser protegidos con celos. La recuperación de este sector ha servido de ejemplo en otras latitudes. Dicho sea de paso, veo que ahora hay un director interino en el IDAC, lo que me llena de mayor preocupación es no saber a qué se debe.
Creo en la democratización y libre competencia en la aviación civil, pero con los rigores de lugar. Creo en la conectividad aérea, ya que tenemos condiciones geográficas estratégicas para ser un verdadero centro o hub en la región. ¿En qué más creo? En la capacidad técnica y responsabilidad para ejercer una función pública.