Madrid, España. La afirmación puede hacerse con toda seguridad: el stand dominicano en la Feria Internacional de Turismo (Fitur), en su edición 43 en Madrid, ha acaparado la atención de todo el público que se da cita en este gran escenario donde convergen más de 131 países con un solo propósito: mostrar sus bondades naturales, culturales, históricas, económicas e institucionales para ser el foco de atención de inversionistas y de quienes buscan un lugar seguro y confortable para vacacionar.
Ya lo dice el viejo adagio: Vista bien y será bien visto. Y esto fue lo que justamente hizo la arquitecta Liza Ortega por encomienda del Ministerio de Turismo. El equipo del ministro David Collado le explicó “con lujo de detalles” lo que necesitaban mostrar de Republica Dominicana, más allá de las paradisíacas playas y nuevos complejos hoteleros. No se escatimaron esfuerzos ni talento para materializar el concepto que haría vivir una experiencia única a todo el que pisara este espacio en el recinto de Ifema, donde cada año se celebra Fitur.
La primera pregunta formulada a Ortega se refirió a cuál fue el concepto plasmado y materializado en este stand. En su respuesta dejó muy bien establecido que ella vive la arquitectura y que ver este stand le llena de satisfacción, más en lo personal que profesional, porque está consciente de que interpreta el sentir de todo un país que se muestra en la feria de turismo más importante del mundo.
“El stand mide 928 metros cuadrados. El concepto es similar o lleva la línea del mostrado el año anterior en cuanto a materialidad, pues queremos expresar todo lo que significa la vegetación para nosotros; la madera, lo orgánico, el césped y esa calidez que tenemos los dominicanos”, detalló la responsable del proyecto.
Hay un detalle que Ortega destaca. Según explica, el concepto principal debía estar conectado con la tecnología por lo que significa en la actualidad para el desarrollo de las economías. En este orden, la apuesta se enfocó por el “inmersivo”, que es un bloque de cuatro metros de alto, seis metros de ancho y cuatro metros profundidad’ en donde se van pasando cuatro “momentos distintos” en bloques de playa, montaña, de cultura y un cuarto espacio con la exposición de Iván Tovar. El año pasado, diferente a este, se hizo un túnel.
El recorrido comienza con la exposición inversiva de Tovar y luego sigue todo el stand, el cual tiene sus espacios que no se pueden sacrificar, tales como las áreas de negocios, donde hay 52 espacios disponibles para coexpositores. Además, están las salas privadas, cuatro en total, en las que están operando los bancos de Reservas, Popular, BHD, Cap Cana, Puntacana y ProMiches.
Aparte de esas áreas, describe Ortega, hay cuatro cabinas para las transmisiones en vivo para radio y televisión.
El stand dispone de una amplia sala de prensa donde los periodistas dominicanos disponen de todas las facilidades para hacer sus reportajes y entrevistas relacionados con la cobertura de Fitur, pues pueden conectarse a la red con las laptops y demás instrumentos o herramientas de trabajo. Ahí también tienen a su disposición espacios para los equipos y refrigerios. La idea provee, además, un espacio para reuniones para los directores de medios de comunicación que deseen realizar alguna labor en especial, como son las entrevistas.
Distribución
En cuanto a la disposición física, hay dos calles: la principal y la lateral. En ésta última están los artesanos que exponen sobre los productos dominicanos, tales como artesanías, larimar, ámbar, santos en madera, macutos, cigarros elaborados por un maestro tabaquero y una exhibición de rones, entre otros.
La arquitecta describe que luego de ahí está el espacio de cultura, que es similar a un anfiteatro con capacidad para 40 personas, donde se hacen presentaciones artísticas, firmas de acuerdos, exposiciones de la Zona Colonial y de cacao y café. El diseño del stand cuidó todos los detalles y necesidades, pues incluye un bar, en un área central, para “vivir la experiencia dominicana triangular”, donde el público dispone de un maridaje de café, cacao y ron, todo gratis para los visitantes interesados en conocer de cerca la cultura dominicana.
Materializar este concepto lleva meses de trabajo cuando se incluyen las reuniones previas, diseños, localización de materiales, fabricación, traslado, corte y montaje. En lo que respecta a este stand, según explica Ortega, se involucraron más de 50 personas.
La baranda del primer nivel es una pantalla completa donde muestran imágenes de los atractivos de República Dominicana, mientras que arriba hay una cenefa curva donde se pasa información relevante. “La verdad que este es un trabajo titánico el que realizamos aquí con apoyo de un equipo local. Los que arman, alfombras, pantallas, electricidad, pintores y más”, afirma.
Segundo nivel
El stand tiene un segundo nivel que le otorga un aspecto imponente entre sus iguales y que comparten espacio en el Pabellón 3 de Ifema. Aquí se encuentra la sala del ministro de Turismo con un área para los invitados especiales con bar y dos salas adicionales para reuniones.
Un aspecto a destacar es que el ministro tiene su equipo disponible en la sala en caso de ser necesario para cualquier información de último minuto. “La idea es que este espacio sea un centro de trabajo completo”, explica.
El stand dominicano cubre una superficie de 928 metros en dos niveles, entre los que hay 52 espacios para coexpositores o para contactos de negocios con potenciales inversionistas y turoperadores.
Ortega se emociona al describir cómo se siente al ver hecho realidad lo que hace unos meses era sólo una idea. Lo dice porque este proyecto le dio la oportunidad de reflejar lo que tiene República Dominicana que mostrar al mundo.
“Nuestro país tiene tantas cosas hermosas que es difícil plasmarlo en un solo sitio. Por eso nos apoyamos en las pantallas porque ahí podemos ir pasando todas las imágenes. Yo me siento satisfecha y espero que a todo el mundo le haya gustado”, expresó.